Víctimas de Uruguay
Alberto Cecilio Mechoso Méndez
Descripción del caso
Alberto Cecilio Mechoso Méndez nació en el departamento de Las Flores, Uruguay. Años después su familia se mudó a Montevideo, estableciéndose en el barrio de La Teja, donde pasó su adolescencia y comenzó a desarrollar actividades políticas, primero en la FAU y luego en la OPR 33. Era conocido como “pocho” o “el abuelo”. Para la década del 70, su familia estaba integrada por su esposa, Beatriz Castellonese, y sus hijos, Beatriz y Alberto.
Debido a su activismo político en oposición a la dictadura que gobernó Uruguay durante ese período, fue perseguido y detenido en su país.
El 6 de agosto de 1972, Mechoso Méndez fue detenido por las Fuerzas Conjuntas junto con Ivonne Trías en el hotel en el que se estaban escondiendo, y conducido al Batallón de Infantería N° 3. Allí fue sometido a brutales sesiones de torturas, dos veces por día, durante once días. Posteriormente fue trasladado junto a Ivonne Trías, al Grupo de Artillería 5°, donde prestaba funciones el imputado Cordero Piacentini. Allí se repitieron las sesiones de tortura.
El 21 de noviembre, con ayuda de sus compañeros, logró fugarse de ese lugar. Al salir, Alberto Mechoso exhibía un claro deterioro físico, había adelgazado mucho y su pelo se había puesto canoso. Fue por este nuevo aspecto físico que sus compañeros empezaron a decirle “el abuelo”. Esta fuga le hizo ganar el odio de todas las fuerzas represivas uruguayas en general pero de uno de sus agentes más destacados en particular, Manuel Juan Cordero Piacentini.
Fue así que, al día siguiente de su fuga, las Fuerzas Conjuntas retomaron su persecución; mediante el comunicado N° 637 del 22 de noviembre de 1972 de la Oficina de Prensa de las Fuerzas Conjuntas, se requirió su captura por sabérsele vinculado a la “O.P.R. 33”. En esas condiciones Mechoso no podía quedarse en Uruguay.
A fines de 1972 logró trasladarse clandestinamente a la Argentina para continuar trabajando desde aquí en contra de la dictadura que usurpaba el gobierno uruguayo. Luego de haber sido también requerida por las fuerzas represivas, su esposa se reunió con él en Buenos Aires en enero de 1973. Sus hijos, Alberto y Beatriz quedaron al cuidado de un tío paterno en Uruguay por, aproximadamente, un año y medio. En 1974 finalmente se reunió toda la familia en Buenos Aires y se establecieron en una pensión en Capital Federal. A raíz de la persecución que sufrían, toda la familia utilizaba identidades falsas.
Pero ni el exilio, ni la vida clandestina, hicieron que las fuerzas represivas uruguayas detuvieran su búsqueda. Para el año 1974, las Fuerzas Conjuntas seguían requiriendo la captura de Alberto Mechoso, y contaban con información actualizada. Sabían que estaba en Buenos Aires, con su esposa y sus dos hijos, que utilizaba documentos argentinos, conocían detalles de su actividad política, hasta sabían el modelo de auto que conducía.
La captura de Alberto Mechoso Méndez se había convertido en una obsesión para las fuerzas represivas de su país.
En Buenos Aires, Mechoso continuó su participación política opositora a la dictadura uruguaya. Participó en la formación del PVP e integró la Dirección del partido junto a Mauricio y Gerardo Gatti, quedando como responsable del sector militar de la organización. Este sector estaba organizado, a su vez, en dos grupos, cuyos responsables eran Roger Julien y Carlos Goessens.
Ya hemos visto la brutal persecución a la que fueron sometidos los miembros del PVP radicados en nuestro país durante el primer semestre de 1976. También mencionamos que Adalberto Soba era uno de los blancos prioritarios para el grupo que integraba Cordero Piacentini. Mechoso era el otro.
No sólo porque hacía años que había logrado eludir a los militares uruguayos, sino también porque, como mencionamos en la parte general de este apartado, para septiembre de ese año era el único integrante de la Dirección original del partido que sobrevivía en libertad en Buenos Aires, y de quien dependía el grupo que se había salvado de la primera oleada represiva.
A ello se añadía una cuestión fundamental. El trabajo de inteligencia practicado por Cordero Piacentini y sus secuaces en coordinación con las fuerzas argentinas, sobre los opositores uruguayos que en el ‘75 se conglomeraron en el PVP, les había aportado un dato determinante: Mechoso, tenía en su poder otra parte importante del dinero con el que se financiaba la actividad del partido y el mantenimiento en la clandestinidad de sus integrantes. Si ese dinero era secuestrado, la posibilidad de que el PVP se reorganizara quedaba definitivamente eliminada.
Para el año 1976 el domicilio de la familia Mechoso Castellonese se encontraba en la calle Miralla 2864, en el barrio porteño de Villa Lugano.
El 26 de septiembre de 1976, luego de haber salido por la mañana a hacer unas compras junto con su hijo, Alberto Mechoso salió de su casa en rumbo a un encuentro que tenía cerca del mediodía. En algún momento del trayecto o en el lugar de la cita, fue secuestrado por miembros del grupo de tareas con base en la OT 18 y del grupo de agentes uruguayos comandado por Gavazzo.
Por las razones que recién explicamos, una vez que lo tuvieron en su poder, no perdieron tiempo. Lo llevaron a Orletti, y bajo torturas y amenazas contra su familia, le sacaron la información sobre la ubicación del dinero. Con ese dato, se dirigieron al domicilio de la calle Miralla en busca del dinero y la familia.
Nino Gavazzo, Arab, Manuel Juan Cordero Piacentini y otros militares uruguayos y argentinos, entre los que probablemente también estaba Aníbal Gordon, ingresaron al domicilio armados, amenazaron a la familia y se dirigieron directamente al lugar donde estaba escondido el dinero. Ese domicilio estaba bajo la jurisdicción del Área V, en ese momento a cargo de Jorge Alberto Muzzio, área que formaba parte de la Subzona Capital Federal.
Una vez que lo obtuvieron, se llevaron por la fuerza a Beatriz Castellonese, y a sus hijos, y los alojaron clandestinamente en la casa donde habían vivido Sara Méndez, Simón Riquelo y Asilú Maceiro hasta su secuestro, ubicada en Juana Azurduy 3163 de esta Ciudad, que en ese momento era utilizada también como base satélite de la OT 1.8. Allí, la familia Mechoso fue retenida bajo custodia de personal argentino y uruguayo, entre los que se encontraba el agente de la SIDE Miguel Ángel Furci.
Por la noche, en un estado físico deplorable, también llevaron a ese lugar a Alberto Mechoso, y le permitieron hablar por última vez con su esposa. Fue entonces que Mechoso le dijo que el responsable de todo lo que estaba ocurriendo era Gavazzo y que estaban en la casa de Sara Mendez. Esa fue la última vez que estuvo reunida la familia Mechoso.
Al poco tiempo, Alberto Mechoso Méndez fue retirado de esa casa por las personas que lo tenían cautivo.
Al día siguiente, el 27 de septiembre, utilizando la identidad falsa de Alberto Mechoso, con la asistencia logística del personal de la OT 18 y junto con el Capitán Arab, Gavazzo trasladó a Beatriz Castellonese y a sus dos hijos a la República Oriental de Uruguay en un avión de línea, en el que, como vimos, también viajó la familia Soba. Una vez en Uruguay, Beatriz Castellonese y sus hijos permanecieron recluidos en una casa en el barrio Carrasco de la Ciudad de Montevideo hasta el 5 de octubre, cuando fueron liberados.
Luego de ser retirado de la casa de la calle Juana Azurduy, Alberto Mechoso fue cruelmente asesinado por las personas que lo secuestraron. Con el fin de ocultar lo ocurrido, pusieron su cuerpo en un tambor de combustible que rellenaron con cal y lo tiraron al río. Ese tambor fue hallado el 14 de octubre de 1976 en el Canal San Fernando en la desembocadura del Río Luján, junto con otros siete, cada uno de los cuales contenía un cuerpo. Todos ellos fueron enterrados como NN en el cementerio municipal de San Fernando.
En el año 1989 esos cuerpos fueron exhumados arqueológicamente por el EAAF, y en el año 2012 se pudo determinar que uno de ellos era el cuerpo de Alberto Cecilio Mechoso Méndez.
Una vez en libertad, la familia de Alberto Mechoso, realizó denuncias ante la CONADEP, la COMIPAZ, el Ministerio de Relaciones Exteriores en Uruguay, pero no hubo respuestas ni del gobierno argentino ni del uruguayo.
De acuerdo a la descripción que hemos realizado, teniendo en cuenta las características particulares de los hechos que lo damnificaron, y el especial contexto en que se produjeron, entendemos que se encuentra probado que el secuestro, las torturas y el asesinato de Alberto Cecilio Mechoso Méndez, formaron parte del plan ejecutado por la asociación ilícita denominada “Operación Cóndor”.
Prueba
Los hechos afirmados precedentemente son consecuencia de la valoración conjunta de numerosos elementos de prueba incorporados al debate, los cuales pasaremos a detallar.
Sobre la actividad política de Alberto Mechoso Méndez, pudimos escuchar en este debate el relato de sus hijos Alberto y Beatriz Mechoso. Ambos nos contaron sobre sus orígenes en la Federación Anarquista Uruguaya, y cómo, de grandes, tomaron conocimiento de que su padre integró la OPR 33. Recordaron, al igual que Beatriz Castellonese, la persecución política que sufrió, la detención y posterior fuga del 5° Grupo de Artillería.
Alberto contó que en Argentina su padre se reunió con el escritor Eduardo Galeano, a quien le contó los detalles de la fuga; y que Galeano publicó este relato en su libro “La Canción de Nosotros”. La entrevista fue publicada en una edición especial de la Federación Anarquista, que fue aportada por Alberto Mechoso al momento de prestar declaración testimonial e incorporada por lectura al debate. Allí, Mechoso cuenta cómo fue torturado en los diferentes cuarteles e interrogado siempre respecto de las mismas cuestiones. Documento 1.
El libro “Fugas”[1] de Samuel Blixen, incorporado por lectura al debate, también relata la detención de Ivonne Trías y Alberto Mechoso, y la posterior fuga de Mechoso, todo lo cual coincide con lo declarado por la propia Ivonne Trías en este debate.
Beatriz Mechoso agregó que, a partir de la fuga, su padre quedó requerido por las Fuerzas Conjuntas por lo que a fines de 1972 se fue solo a la Argentina, y que lo mismo tuvo que hacer su madre, al quedar también requerida poco tiempo después. También dio cuenta de los recaudos que tuvieron que tomar para no ser encontrados por las fuerzas uruguayas.
Ricardo Gil Iribarne recordó que Mechoso era especialmente buscado por haberse fugado de un cuartel en el Uruguay. Pilar Nores Montedónico, por su parte, agregó que conoció a Mechoso en Buenos Aires y explicó el origen del apodo “El Abuelo”.
Además de todo lo mencionado por los testigos, respecto de la persecución de la que fue objeto Mechoso Méndez por parte de las Fuerzas Conjuntas, contamos con la Investigación Histórica sobre Detenidos Desaparecidos[2]. Allí se encuentra transcripta la Ficha Patronímica confeccionada por la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, en la que, por ejemplo, se encuentra registrada la detención de Mechoso Méndez en el Batallón de Infantería N° 3, un pedido de captura por sabérselo vinculado a la OPR 33 y un comunicado de 1974 del Juzgado Militar de Instrucción de 1er. Turno, a través del cual reitera la solicitud de captura por haberse fugado del Grupo de Artillería N° 5. Documento 2, Documento 3 y Documento 4.
También en la Investigación Histórica se encuentra transcripto un informe del Ministerio de Defensa, en el cual, entre otras cosas, está registrado un pedido de captura de un Juzgado de Instrucción Militar, y se deja asentado que probablemente Mechoso estaba viviendo en Buenos Aires, pues su familia se encontraba allí; que utilizaba documentos argentinos a nombre de Alberto Quintero y Oscar Guerrero; y que conducía un automóvil FIAT 125 rojo que se encontraba a nombre de Oscar Guerrero. Documento 5.
La participación política de Mechoso en Buenos Aires se encuentra acreditada a través de numerosos testimonios.
José Imaz Breijo, uno de sus compañeros que logró sobrevivir a la represión que sufrió el PVP en nuestro país, refirió que en Buenos Aires participó de actividades previas al congreso fundacional que se realizaron en la casa de Alberto Mechoso, y agregó que él era el responsable en la Dirección del sector operativo del PVP. Explicó que Mechoso tenía a su cargo dos equipos, cuyos responsables eran Roger Julien, y Carlos Goessens; contó que él mismo había integrado el equipo de Roger Julien, junto a Telba Juárez, Chizzola Cano, Rodríguez Mercader, Lezama González, Recagno Ibarburú y Álvaro Tato.
Rubén Prieto Benencio, por su parte, dijo que supo de la llegada de Mechoso a Buenos Aires al igual que lo hicieron otros opositores que corrían peligro en Uruguay; y coincidió en que Mechoso formó parte del Congreso fundacional del PVP y que su lugar en la organización era la Dirección y el denominado brazo armado junto con Julien.
Beatriz Castellonese y Ricardo Gil Iribarne, también afirmaron que Mechoso integraba el PVP, y Gil Iribarne recordó haber realizado actividades con Mechoso dentro de la Organización.
El informe militar del Ministerio de Defensa transcripto en la Investigación Histórica, nos muestra que las fuerzas uruguayas contaban con esa información. En efecto, allí se encuentra registrado un comunicado de las fuerzas conjuntas de 1976 del que surge que Mechoso, junto con Mauricio y Gerardo Gatti, formaba parte de la dirección del PVP.
También se encuentra registrado, como antecedente, su intervención en el llamado sector militar. Esta información aparece en el informe que integra el rollo 143 del Archivo del Terror, específicamente el fotograma 0386, entregado por el Museo de la Justicia al testigo Federico Tatter y que fuera incorporado por lectura al debate. Este documento, contiene un listado de personas requeridas de nacionalidad uruguaya y que integran la OPR 33, entre ellos, Alberto Mechoso y Beatriz Castellonese. Documento 6.
Respecto de las circunstancias en que ocurrió el secuestro de Alberto Mechoso, contamos con las declaraciones de Alberto y Beatriz Mechoso Castellonese prestadas en la audiencia, y la declaración de Beatriz Castellonese incorporada por lectura. Los tres coincidieron en que el hecho ocurrió el 26 de septiembre de 1976 luego de que Mechoso dejara su casa rumbo a una cita que iba a tener lugar cerca del mediodía.
Fueron ellos también quienes dieron cuenta de las circunstancias en que ellos mismos fueron secuestrados algunas horas más tarde.
Son numerosos los elementos que dan cuenta de la intervención del personal que operaba en la OT 18 y del grupo de agentes uruguayos a cargo de Nino Gavazzo, en particular del imputado Manuel Cordero Piacentini, así como del cautiverio de Mechoso Méndez en Automotores Orletti. Entre ellos, está el testimonio de Gil Iribarne, quien afirmó haber sido interrogado sobre Alberto Mechoso durante las numerosas sesiones de tortura a las que fue sometido durante su cautiverio en Uruguay, muchas de ellas, recordemos, conducidas por Manuel Cordero.
Asimismo, Beatriz Castellonese sostuvo que el personal que realizó el operativo en su casa estaba vestido de civil y se identificaron como integrantes de las fuerzas de seguridad de Argentina y Uruguay. Agregó que ellos mismos le confirmaron que habían secuestrado a su marido. Contó, además, que la persona que llevaba la voz cantante durante el operativo era Gavazzo. Como ya mencionamos, en el último encuentro que tuvo con su marido, este le dijo que la persona que lo había secuestrado era Nino Gavazzo. En este mismo sentido, Alberto Mechoso Castellonese refirió que en el operativo realizado en su casa participaron Gavazzo, Arab y Cordero. Explicó que en el momento en que ocurrió no sabía quiénes eran, pero describió cómo pudo años más tarde determinar su identidad.
El contexto descripto nos permite concluir que, como afirmamos, Alberto Mechoso permaneció recluido en condiciones inhumanas y fue torturado en Automotores Orletti.
En efecto, la intervención en el secuestro de los grupos de agentes de Aníbal Gordon y Nino Gavazzo, la pertenencia de Mechoso al PVP, el hecho de que su familia haya permanecido recluida en la casa de Sara Méndez a donde él mismo fue llevado, y a donde el propio Furci reconoció en su indagatoria haber sido enviado por Aníbal Gordon justamente para esa fecha, permiten concluir que fue en Orletti donde Mechoso fue interrogado luego de su secuestro y donde permaneció recluido antes de ser asesinado.
En cuanto al dinero del PVP sustraído en el operativo, contamos también con las declaraciones de Beatriz Castellonese, de Alberto y Beatriz Mechoso. También Ricardo Gil Iribarne recordó haber tomado conocimiento que de la casa de Alberto Mechoso que se llevaron una importante suma de dinero.
Lo sucedido con la familia Mechoso Castellonese con posterioridad al secuestro, es decir su cautiverio en la casa de Sara Méndez y su posterior traslado a Uruguay, se encuentra acreditado a partir de los testimonios concordantes de Beatriz Castellonese, y Alberto y Beatriz Mechoso.
En este sentido, debemos destacar los dichos de Alberto Mechoso, quien, en se declaración en esta audiencia, recordó las palabras de Gavazzo durante el traslado: “yo soy tu padre, a mi llamáme papá porque sino los matamos acá nomás”.
Contamos, asimismo, con el documento del archivo de la Dirección Nacional de Migración del Uruguay transcripto en la investigación histórico, al que ya nos referimos, en el cual se encuentra registrada la lista de pasajeros del vuelo del 27 de septiembre de 1976 y la familia Mechoso figura con sus identificaciones falsas a nombre de Rodríguez y Leizagoye.
Pero, como si todos estos elementos no fueran suficientes, estos hechos se encuentran confirmados por los relatos del propio Nino Gavazzo.
En efecto, tanto en la declaración agregada al expediente del Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal 19° Turno de Uruguay, caratulado “Gavazzo Pereira y otros por veintiocho delitos de homicidio muy especialmente agravados”, incorporado por lectura al debate, como en el libro de su autoría titulado “Mi testimonio”, también incorporado a este debate, Gavazzo, confirma, en una gran medida, que los hechos ocurrieron tal como fueron descriptos.
Si dejamos de lado el esfuerzo que hace Gavazzo por ennoblecer su figura y desdibujar su intervención en algunos pasajes de los hechos, aportando datos a todas luces falsos, lo cierto es que su relato confirma el secuestro de Mechoso Méndez, su traslado a Orletti, el operativo en la casa familiar, la sustracción del dinero, el cautiverio en la casa de Sara Méndez y el traslado de Beatriz Castellonese y sus hijos a Uruguay.
En cuanto al homicidio de Alberto Mechoso Méndez, el modo en que fue ocultado su cuerpo y su posterior hallazgo y reconocimiento, contamos con las actuaciones que forman parte del Legajo n° 93 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal. Allí se encuentra incorporado el informe del EAAF que concluye que uno de los ocho cuerpos encontrados ocultos en tambores rellenos con cal el 14 de octubre de 1976 en el Canal de San Fernando corresponde a Alberto Cecilio Mechoso Méndez.
De allí surge también que otros cinco cuerpos también pudieron ser identificados y que se trataban de Ana María del Cármen Pérez, Gustavo Adolfo Gayá, Ricardo Alberto Gayá, Marcelo Ariel Gelman y Dardo Albeano Zelarayán. Todos ellos estuvieron recluidos en Automotores Orletti, lo que, como ya expresamos, constituye una muestra más de que fue allí donde fue llevado Alberto Mechoso luego de haber sido secuestrado.
También obra en ese legajo la sentencia dictada por esa Cámara a través de la cual se declara que la persona a la que corresponden esos restos es Alberto Cecilio Mechoso Méndez y ordena la rectificación de la partida en la que se había inscripto el fallecimiento.
Asimismo, es necesario mencionar que en dos causas judiciales que tramitaron en Uruguay, y que fueron incorporadas al debate, se dio por probado que Alberto Cecilio Mechoso Méndez fue secuestrado el 26 de septiembre de 1976, y que, por este hecho, fueron condenados, entre otros, los militares uruguayos José Nino Gavazzo, José Ricardo Arab y Jorge Alberto Silveira Quesada, todos ellos miembros del grupo de agentes uruguayos a cargo del primero.
Sobre las gestiones que realizó su familia en la búsqueda de Alberto Mechoso, se incorporaron el legajo COMIPAZ y el legajo CONADEP, así como también, la declaración que prestó su mujer ante la Cámara de Representantes de la Presidencia de Uruguay en 1985, y el expediente civil de ausencia por desaparición forzada.
Finalmente, contamos con los documentos remitidos por la Comisión Provincial por la Memoria, donde figuran todos los pedidos de paradero con resultado negativo de Alberto Mechoso; y con la documentación que forma parte del acervo documental del NSA donde aparecen las denuncias realizadas por organizamos internacionales ante oficinas de Gobierno de los Estado Unidos, a favor de Mechoso.
Por la privación ilegítima de la libertad de Alberto Cecilio Mechoso Méndez acusamos a Manuel Juan Cordero Piacentini.
[1] Blixen, Samuel Gonzalo. Fugas. Historias de hombres libres en cautiverio. Ediciones Trilce, Montevideo Uruguay, 2004.
[2] Presidencia de la República Oriental del Uruguay. Investigación Histórica Sobre Detenidos Desaparecidos. En Complimiento Del Artículo 4° de la Ley 15.848. Montevideo, Presidencia de la República y Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales, 2007.