Se trata de "Nuevas visiones del derecho penal” publicado por Ad-Hoc en 2023

Extracto del prólogo a cargo de Javier A. De Luca:

“Esta obra colectiva está compuesta por diversos textos que tocan temas de relevante actualidad para el derecho penal y el derecho procesal penal. Es sencillo advertirlo con la simple lectura de la presentación de los gestores de la iniciativa y del índice, que ponen de manifiesto su exhaustividad y actualidad. Cuando conocí de la iniciativa recordé varias obras de similar propósito, adquiridas y "deglutidas" en la juventud abogadil, donde se entremezclaban los primeros pasos en la docencia y la "carrera" judicial. Obras que guardo como un tesoro y que apenas son reabiertas permiten descubrir marcas, comentarios, subrayados, de mis primeras impresiones. Pareciera que todos los días nos encontramos en un mundo nuevo, distinto al que describieron los penalistas y procesalistas clásicos. Las nuevas formas de interacción y comunicación humanas generan nuevas expresiones de delincuencia y les agregan detalles novedosos a los viejos institutos del derecho penal sustantivo y adjetivo. Muchas veces se trata de derechos o bienes jurídicos que parecen nuevos, porque nuevas son las tecnologías que los crearon, concretaron o develaron y su reconocimiento puede ser incluido sin problemas a partir de las previsiones del art. 33 de la C.N., como inherentes a la persona, anteriores a toda organización jurídica política, porque nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno. A partir de las observaciones de gran cantidad de pensadores contemporáneos, debemos reconocer que ya no se trata de nuevos medios de comunicación, sino de que éstos han producido un cambio de costumbres y reglas sociales. Charlamos por video conferencia, no de manera presencial, trabajamos a distancia, los documentos oficiales ya no vienen en tinta y papel, etcétera. Tenemos la ilusión de que en segundos estamos en cualquier parte del mundo, recorremos calles de las ciudades más recónditas, nos comunicarnos en tiempo real con cualquiera de cualquier lugar, y nos olvidamos de que en realidad no estamos allí ni percibirnos el entorno por nuestros sentidos de la misma forma. Nos relacionamos con máquinas que nos hacen creer que son personas; cuando los otros no nos agradan más, tenernos la posibilidad de "bloquearlos", "eliminarlos", de "cambiar de canal", para no tener que soportarlos o tolerar lo que tienen que decirnos. Podernos inspeccionar las vidas de los demás y ser inspeccionados. La privacidad ha cambiado completamente. Ni siquiera dentro de nuestros hogares estamos a solas. Alarmas, sensores, servidores que saben cuándo estamos conectados o interactuando con otros, recolección de datos personales, etcétera. Pero, además, hoy debemos revisar algunos criterios a partir de las nuevas perspectivas de género, de parentesco, de movilidad social, laborales, etc. El trabajo sobre legítima defensa se ocupa de ello.”

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