Víctimas de Argentina

Graciela Elsa Vergara

Descripción del caso

Graciela Elsa Vergara, argentina, tenía 26 años al momento de su secuestro, y había pertenecido a la Juventud Peronista. Hacia 1975, fue víctima de persecución por parte de las fuerzas represivas, razón por la cual abandonó su casa y su actividad política, y se dedicó a su familia y a la docencia. Se asentó junto con su esposo y su hijo de trece meses de edad en una casilla en un terreno lindante a la casa de su hermana Mabel, ubicada en Sargento Cabral e Independencia de la localidad San Antonio de Padua, Provincia de Buenos Aires.

El 4 de octubre de 1976, aproximadamente a las 3 de la madrugada, se encontraba con su bebé cuando escuchó ruidos provenientes de la casa de su hermana. Minutos después un grupo de personas armadas, que vestían de civil y se identificaron como del Ejército argentino, ingresaron en su domicilio.

Luego de revisar y provocar destrozos, le ordenaron que se vistiera, la amordazaron, encapucharon y esposaron con las manos hacia atrás y la trasladaron a Orletti. El pequeño fue dejado al cuidado de la hermana de Elsa Vergara.

Este hecho se produjo bajo la jurisdicción del Área 163 de la Subzona 16. Esta subzona estaba a cargo del Jefe de la Primera Brigada Aérea, Rodolfo Fajardo.

En Orletti fue sometida a diversas torturas, que consistieron en mantenerla desnuda y sujeta sobre una superficie horizontal, con sus miembros estirados, mientras era golpeada y le aplicaban corriente eléctrica sobre su cuerpo. Además, permaneció alojada en las mismas condiciones inhumanas que eran aplicadas a todos los prisioneros y que ya hemos descripto.

Aproximadamente a las 5 de la madrugada del 5 de octubre, la llevaron en un automóvil hacia un descampado ubicado en la localidad de Moreno, Provincia de Buenos Aires, donde simularon fusilarla. Luego, se retiraron y la dejaron a su suerte, encapuchada y maniatada. Ella logró desatarse, buscó un camino y se subió a un colectivo que la condujo nuevamente a su domicilio en Padua.

 

Prueba

Los hechos que la damnificaron encuentran sustento, en primer lugar, en su propio testimonio brindado en el marco del juicio de la causa n° 1627, incorporado a este debate. En aquella oportunidad, ella se refirió a la actividad política que desarrolló hasta 1975, y a la persecución a la cual fue objeto en razón de esa actividad.

En ese testimonio también detalló las circunstancias de modo, tiempo y lugar que rodearon su secuestro. En este sentido, recordó que esa noche ingresaron a su vivienda aproximadamente tres hombres armados y la interrogaron acerca de si tenía armas en su poder. Tiempo después conoció otros aspectos del operativo, a través del relato de su madre y de su hermana.

Sobre su cautiverio en Orletti, dio cuenta de los brutales tormentos a los que fue sometida, y de los detalles de su interrogatorio. Al respecto, dijo que le preguntaron por su hermana Hilda, quien había pertenecido al PST. Hilda había sido secuestrada en Paso de los Libres y hallada muerta tiempo después. También preguntaban insistentemente por su otro hermano, David. Además resaltó que estas personas tenían información sobre ella, sabían quién era, de dónde venía, y le preguntaban por su actividad política.

Agregó que luego de este primer interrogatorio, fue víctima de otro que tuvo lugar en horas de la tarde, durante el cual volvieron a torturada. Explicó que concluido esto, un hombre le anunció que la liberarían, y brindó detalles de cómo esto se produjo luego de un simulacro de fusilamiento en un terreno baldío de Moreno.

En cuanto a cómo pudo determinar el lugar en el que había sido mantenida cautiva, Vergara explicó que años después de ser liberada, concurrió a la CONADEP a realizar la denuncia sobre lo ocurrido con su hermana Hilda, y comentó las características del lugar donde ella había estado secuestrada. A partir de lo que dijo, le exhibieron un croquis de “Automotores Orletti” y fue así que confirmó que, efectivamente, era allí donde había estado.

Entre las características que describió, mencionó el piso de cemento con rastros de grasa o solvente, que generaba un olor nauseabundo, recordó la existencia de una cortina metálica, el sonido de niños en un recreo de escuela cercana, y el tren que pasaba aproximadamente cada 15 minutos. Se refirió también a la amplitud del local, su humedad y a cómo retumbaban las voces y la radio, que estaba a todo volumen. Vemos que estas referencias coinciden plenamente con las características de Orletti.

A su testimonio se suman las constancias de su Legajo CONADEP N° 5686.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar que este mismo Tribunal dio por probada su privación ilegítima de la libertad, cautiverio en Orletti y las torturas a las que fue sometida en ese lugar, en la sentencia dictada en la causa N° 1627, hechos por los cuales condenó a Ruffo, Martínez Ruíz y Cabanillas.

En este juicio, por la privación ilegítima de la libertad y tormentos a los que fue sometida Elsa Graciela Vergara, acusamos a Miguel Ángel Furci.