Víctimas de Argentina

Dardo Zelarayán

 

Descripción del caso

Ahora nos referiremos a lo acontecido a Dardo Albeano Zelarayán, argentino, de 51 años de edad al momento de los hechos. Estaba casado con Blanca Leontina Albornoz y era padre de tres hijos. Zelarayán se había desempeñado por un tiempo como dirigente de la Asociación Bancaria de esta ciudad. Al momento de los hechos era co-propietario de una Editorial.

Hacia principios del mes de septiembre de 1976 fueron secuestrados su hermano, Hugo Benito, y su sobrino, del mismo nombre. El operativo, al mando de una persona a la que llamaban “Capitán”, se llevó a cabo en su domicilio, ubicado en Villa Martelli. Fueron encapuchados y trasladados a un lugar que no pudieron identificar, y mantenidos cautivos dentro de un calabozo, que en su puerta tenía una mirilla. En una oportunidad, el hermano de Dardo Zelarayán fue obligado a sacarse la capucha y acercarse a la mirilla; en ese momento escuchó que una persona que se encontraba del otro lado decía: “Este no es”. Sin explicación alguna, a las 48 hs. fueron liberados.

Una semana después, el 11 de septiembre de 1976, aproximadamente a las 23 hs., Dardo Zelarayán se encontraba junto a su familia en su domicilio de Bacacay 2775, Piso 6°, Dpto. “B”, de esta ciudad, cuando un grupo de personas que vestían de civil se presentaron en el lugar y violentamente lo privaron de su libertad. En esta oportunidad también dirigió el operativo una persona a la que llamaban “Capitán”. Intervinieron numerosas personas, ya que, además de los que ingresaron al departamento, había otras personas armadas en los pasillos, en las escaleras y en el ascensor del edificio. Además, la zona fue sobrevolada con un helicóptero.

Una vez dentro del departamento, los secuestradores encerraron a su esposa en una habitación y ataron a su hijo menor con una soga al cuello. Revisaron toda la casa, se llevaron dinero y algunos objetos de valor y libros recientemente publicados por su editorial. También se llevaron los documentos personales, la libreta de matrimonio, y la libreta cívica de la esposa de Zelarayán. Mientras esto sucedía, le preguntaban cuántas propiedades tenía y dónde se encontraba su automóvil. Durante unos instantes discutieron entre ellos acerca de si se llevarían o no a sus hijos, pero finalmente decidieron dejarlos.

Desde allí, Dardo Zelarayán fue conducido a “Automotores Orletti”, a unas pocas cuadras de su casa. El secuestro ocurrió bajo la jurisdicción del Área IV de la Subzona Capital Federal, a cargo del jefe del Batallón de Arsenales 101, Julián Eduardo Capanegra.

Pocos días después de su desaparición, se produjo otro operativo en su domicilio en el que se apropiaron de cuadros y muebles. Afortunadamente su familia ya no estaba allí.

Dentro de Orletti, Dardo Zelarayán fue sometido a torturas y a condiciones inhumanas de alojamiento. Los golpes que le propinaron le provocaron una severa lesión en su nariz. Las inhumanas condiciones de cautiverio, deterioraron gravemente su salud y tuvo un pronunciado descenso de peso.

A mediados de septiembre, fue trasladado con otros prisioneros con destino incierto, y alrededor del 9 de octubre fue asesinado mediante al menos un disparo de arma de fuego en la cabeza. Su cadáver fue hallado el 13 de octubre de 1976 en el Canal de San Fernando, provincia de Buenos Aires, por personal de Prefectura Naval, junto con los de otras personas que habían sido vistas en cautiverio en Orletti, como los hermanos Gayá, María del Carmen Pérez y Marcelo Gelman, entre otros. Sus restos estaban dentro de tambores rellenos con cal y en esas condiciones habían sido arrojados al río. Fue inhumado como NN en el cementerio de Virreyes, partido de San Fernando, y permaneció en esa condición hasta que el 3 de octubre de 1989, fue exhumado e identificado por el EAAF.

Durante esos años, sus familiares lo habían buscado incesantemente y habían recurrido a la justicia y otros organismos del Estado, sin haber obtenido ninguna respuesta acerca de lo que le pasó.

 

Prueba

Estos hechos se encuentran probados, en primer lugar, a partir del Legajo CONADEP N° 3334, donde se encuentra la presentación realizada por Ángel Lázaro Fanjul, amigo de Zelarayán, quien se encuentra fallecido. De esta presentación se desprenden las circunstancias que rodearon el secuestro del hermano y sobrino de Dardo Zelarayán. Asimismo, se encuentran los detalles del operativo que se desarrolló en el domicilio familiar de Zelarayán, como también referencias acerca de la actividad político gremial que había realizado a lo largo de su vida. Documento 1.

En esta presentación es que se da cuenta que tanto el secuestro de los familiares de Zelarayán como el suyo fueron dirigidos por una persona a quien llamaban “Capitán”. Este elemento, sumado al episodio en el que, a través de la mirilla de la celda donde estaba cautivo, una persona señaló que Hugo Zelarayán no era a quien estaban buscando, nos permite concluir que el objetivo de estos operativos era Dardo Zelarayán. Y este objetivo fue cumplido, como vimos, el 11 de septiembre de 1976.

Otro elemento que da cuenta de las circunstancias que rodearon el secuestro de Dardo Zelarayán es el hábeas corpus n° 43.400, iniciado el 13 de septiembre de 1976 por Blanca Leontina Albornoz de Zelarayán, donde se detallaron las circunstancias en las que se produjo el secuestro de su esposo.

Acerca del cautiverio de Dardo Zelarayán en Automotores Orletti, contamos con el testimonio prestado por José Luis Bertazzo, en el que afirmó haber compartido cautiverio con él dentro de ese CCD. Entre otras cosas, recordó que Zelarayán sufrió mucho las condiciones de vida impuestas que tenían dentro del CCD, y que su salud se había deteriorado mucho, ya que era un hombre mayor y con sobrepeso. Agregó que también fue torturado y que también por eso se encontraba deteriorado. En particular, aludió a un episodio en el que a varios prisioneros les dieron una paliza, y que Dardo terminó con la nariz fracturada o severamente lastimada. Bertazzo recalcó que Zelarayán fue una de las personas trasladadas del CCD en septiembre de 1976.

Sobre el hallazgo del cuerpo, contamos con la causa n° 29.696, caratulada “Prefectura San Fernando s/ denuncia de hallazgo 6 cadáveres N.N. sexo masculino y dos cadáveres N.N. sexo femenino en aguas canal San Fernando”; y la causa n° 4.439/89, caratulada “Guarino, Mirta Liliana s/denuncia”. De esta última se desprende el informe del Equipo Argentino de Antropología Forense individualizado como VIR 200 en el que, el 3 de octubre de 1989, se determinó que el cuerpo hallado correspondía a Zelarayán. De allí también se desprende que su muerte se debió al estallido del cráneo producido por un disparo de proyectil de arma de fuego efectuado a corta distancia, de atrás hacia delante, de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha, que ingresó por el hueso occipital. Además se asentó que, dada la fragmentación del cráneo, no se podía excluir la presencia de otros disparos. Como conclusión, se estableció que la muerte sucedió de una manera compatible con homicidio.

Debemos destacar que las características de estas lesiones son idénticas a las que advertimos en otros informes, relacionados a otros hechos que también forman parte de este debate. Lo mismo que otras víctimas, Zelarayán fue ejecutado estando indefenso y de espaldas, probablemente en cuclillas o recostado en el piso. Asimismo, el informe estableció que en los restos óseos del cráneo se observan fracturas de ambas órbitas y en los huesos nasales. Estas lesiones se corresponden plenamente con lo narrado por Bertazzo, acerca de la golpiza que Zelarayán había recibido en Orletti. Documento 2.

Al respecto, contamos también con la declaración del antropólogo Luis Fonderbrider, quien dio detalles de las evidencias físicas que denotaba el cuerpo hallado.

Además, se encuentra incorporado el Legajo Redefa n° 175 correspondientes a Dardo Zelarayán, donde por resolución administrativa se determinó que murió por el accionar de las fuerzas armadas.

En cuanto a la búsqueda realizada por sus seres queridos, además de la acción de hábeas corpus que hemos mencionado, se incorporó el Legajo N° 19.586 de la ex DIPBA, en el que se registran pedidos de paradero motivados en las presentaciones de la familia.

Por último, debemos mencionar que el secuestro de Dardo Zelarayán, su mantenimiento en condiciones inhumanas de alojamiento en Orletti y los tormentos a los que fue sometido, se tuvieron también por probados en la sentencia de la causa n° 1627, de este mismo Tribunal, tal como lo hemos descripto. Por esos hechos fueron condenados Eduardo Alfredo Ruffo, Carlos Honorio Martínez Ruiz y Eduardo Rodolfo Cabanillas, condena que ha quedado firme.

En este juicio, por la privación ilegítima de la libertad y tormentos que sufriera Dardo Zelarayán acusamos a Miguel Ángel Furci.