Víctimas de Paraguay

Juan José Penayo y Cástulo Vera Báez

 

Descripción del caso

Ahora vamos a examinar los hechos de los cuales fueron víctimas los ciudadanos paraguayos Juan José Penayo y Cástulo Vera Báez.

 De 52 y 33 años respectivamente, Penayo y Vera Báez eran dirigentes del Partido Comunista de su país. Debido a la persecución que sufrieron luego de la asunción de Stroessner, se vieron forzados, primero, a vivir de manera clandestina y, posteriormente, a emigrar hacia la Argentina.

En el caso de Cástulo Vera Báez, las fuerzas represivas paraguayas habían detenido a su hermano y sabían que él residía clandestinamente en el país, así que en 1973 cruzó la frontera y se instaló en Posadas. Allí, trabajó como albañil; y continuó con sus actividades partidarias junto a varios de sus compañeros que habían salido de Paraguay en similares condiciones que él. Juan José Penayo, por su parte, que ya había sido detenido durante la década del 60, y ahora estaba nuevamente requerido en Paraguay, llegó a la Argentina en 1976. En Paraguay quedó su pareja, Victoria Gómez, que había sido secuestrada y estaba embarazada.

En nuestro país, Penayo se instaló en Puerto Iguazú, Misiones, donde se desempeñó como responsable del Comité zonal del Partido Comunista Paraguayo. Desde su puesto, y junto con sus compañeros Lidia Cabrera, Sotero Franco, Pastora Cabrera y Nercio Stumps, realizaba denuncias por las condiciones de trabajo de los obreros de la represa de Itaipú.

A pesar de estar en otro país, su persecución continuó al punto de que la Gendarmería Argentina lo citaba constantemente para tomarle declaraciones. Es por esta razón que el comité zonal recibió varios mensajes de alerta que enviaban desde el partido Comunista Paraguayo, y que indicaban que todos corrían peligro. Penayo estaba localizado e identificado.

En este juicio se acreditó que en horas de la tarde del 18 de enero de 1977, personal de la Gendarmería de Puerto Iguazú actuando de manera conjunta con la Policía de Misiones, secuestró sucesivamente a Nercio Stumps, Sotero Franco,  Lidia Cabrera y a su hermano Esteban. En los operativos que se produjeron, allanaron las casas de todos ellos y la de Pastora Cabrera, a quien sin embargo no se llevaron. Los pusieron a disposición del jefe del Área 232, que entonces era el imputado Carlos Humberto Caggiano Tedesco, y los trasladaron a distintas dependencias de la provincia donde permanecieron en condiciones inhumanas de alojamiento y donde los interrogaron por su participación política.

El 22 de enero los entregaron a las autoridades paraguayas, quienes los cruzaron en balsa desde Posadas hacia Encarnación de Paraguay. Ya en suelo paraguayo, los llevaron al Departamento de Investigaciones de Asunción, donde luego de un nuevo interrogatorio, solicitaron a las autoridades del Gobierno de Encarnación la captura de Juan José Penayo y de Cástulo Vera Báez.

A los pocos días, entre el 21 y el 28 de enero de 1977, por pedido del Partido, Cástulo Vera Báez se trasladó desde Posadas a Puerto Iguazú para averiguar qué había pasado con sus compañeros. Fue primero a la casa de Pastora Cabrera, en donde le informaron lo sucedido. Se reunió después con Juan José Penayo para ponerlo al corriente de la situación y convencerlo de que debían huir de Puerto Iguazú. Juntos decidieron abandonar la ciudad, pero ya era demasiado tarde. Vera Báez desconocía que la Gendarmería le estaba siguiendo los pasos desde que salió de la casa de Pastora Cabrera.

Ese mismo día, Juan José Penayo y Cástulo Vera Báez fueron secuestrados por fuerzas de seguridad argentinas en la terminal de ómnibus de Puerto Iguazú y conducidos al CCD ubicado en el Servicio de Informaciones de la Policía provincial, en la ciudad de Posadas.

Esos hechos, ocurrieron dentro de la jurisdicción del Área 232, la cual abarcaba para ese entonces, toda la provincia de Misiones. Su responsable al momento de los hechos era el acusado Carlos Humberto Caggiano Tedesco, jefe del Distrito Militar Misiones.

Se probó en este juicio, que el andamiaje de coordinación de la “Operación Cóndor” permitió que Cástulo Vera Báez y Juan José Penayo, luego de haber sido secuestrados en la provincia argentina de Misiones, hayan sido trasladados clandestinamente hacia Paraguay. Desde el 28 de enero de 1977, fueron alojados como prisioneros en el Departamento de Investigaciones de Asunción, más precisamente en el sector llamado “Redondo”. Allí fueron vistos por última vez con muestras visibles de haber sido salvajemente torturados. Si bien existieron diversas versiones acerca de cuál fue su destino, no hay certeza acerca de lo que les pasó y hasta el día de hoy, permanecen desaparecidos.

 

Prueba

Estos hechos se encuentran probados, en primer lugar, por el testimonio de Lidia Esther Cabrera de Franco, quien, en esta audiencia, dio cuenta de la pertenencia al Partico Comunista paraguayo de Cástulo Vera Báez y de Juan José Penayo. También nos habló de la persecución que sufrió Vera Báez en Paraguay, razón por la cual emigró a la Argentina.

También se incorporó el libro titulado Sobreviviente[1] de autoría de su esposo, Sotero Franco, en donde se relata que en mayo de 1973 mientras Vera Báez vivía escondido en Paraguay, se enteraron de que la policía de Stroessner sabía de su presencia en ese país, por lo que todos ellos decidieron irse a la Argentina.

En relación a la persecución de la que fue objeto Juan José Penayo, el documento titulado “Antecedentes de Juan José Penayo”, remitido vía exhorto por el Centro de Documentación y Archivo de Paraguay, da cuenta de su detención en la década del 60. Además, allí también se asentó, con fecha 6 de enero de 1976, que el Departamento de Investigaciones de Paraguay recomendó nuevamente su captura por desarrollar actividades en favor del Partido Comunista Paraguayo. Documento 1.

Asimismo, los testigos Joel Filártiga y Luis Alberto Wagner relataron en este juicio haber estado detenidos en Paraguay junto con Penayo.

Acerca de las actividades de los integrantes del Partido Comunista Paraguayo en Puerto Iguazú, el testigo Sotero Franco relató, tanto en su declaración como en su libro, la misión y las tareas que desarrollaban. Agregó también que el responsable del grupo era Penayo.

El testigo Luis Carlos Casabianca, recordó en este debate que días antes del secuestro, Juan José Penayo fue advertido por un compañero del Partido, quien le dijo que debía irse porque su presencia en la zona era conocida por las fuerzas represivas.

Asimismo, se incorporó un artículo periodístico sobre Penayo y Vera Báez aportado por Yudith Rolón, que también da cuenta de las actividades de Penayo en Puerto Iguazú.

El operativo del que fueron víctimas Lidia Cabrera, Sotero Franco, Esteban Cabrera y Nercio Stumps, sus cautiverios en diferentes centros clandestinos en Argentina, los violentos interrogatorios que sufrieron y su posterior traslado a Paraguay, se encuentran acreditados por sus declaraciones en este debate.

Además, se incorporaron el legajo CONADEP de Lidia Cabrera, el libro Sobreviviente de Sotero Franco al que ya hicimos referencia, y diversos documentos hallados en el Archivo del Terror, entre los que corresponde destacar los identificados con el número 703 y 704 del rollo 143, fechados el 20 y el 21 de enero de 1977. Documento 2 y Documento 3.

Allí, el Cónsul de Paraguay en la ciudad de Posadas informó al Ministro del Interior paraguayo, Sabino Montanaro, sobre el procedimiento de detención de los hermanos Cabrera, de Franco y de Stumps, a lo que agrega que “en la conversación mantenida con el sub jefe de la Policía de la Provincia… me manifestó que los detenidos serán puestos a disposición de la jefatura de área militar a cargo del coronel Carlos Humberto Caggiano Tedesco, con asiento en Posadas, quien presumiblemente dispondrá que los mismos, por ser subversivos, sean puestos a disposición del Poder Ejecutivo de la Nación”.

Además, contamos con otro documento que respalda el testimonio que sobre sus secuestros y traslado clandestino a Paraguay dieron los sobrevivientes. Se trata del documento, también proveniente del Archivo del Terror, que transcribe el interrogatorio sufrido por Sotero Franco en el Departamento de Investigaciones de Asunción. Allí  se asienta la solicitud de captura de Penayo y Vera Báez, y se informa que finalmente se produjo con la colaboración de las autoridades de Puerto Iguazú, las que además ayudaron para que ambos fueran remitidos a ese Departamento de Asunción. Documento 4.

Sobre el recorrido que hizo Cástulo Vera Báez en Puerto Iguazú hasta que fue secuestrado junto con Juan José Penayo, declararon Lidia y Esteban Cabrera y Sotero Franco. Lidia Cabrera precisó que el operativo ocurrió en la terminal de ómnibus de la ciudad de Puerto Iguazú, lo que coincide con lo asentado en los libros titulados Semillas de Vida[2], En los sótanos de los generales[3] y en el informe final elaborado por la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay.

En cuanto a la fecha del secuestro, si bien no se pudo determinar con exactitud, es a partir de diversos elementos incorporados al debate, entre los que se encuentran el informe de la Comisión de Verdad y Justicia, el expediente civil por la ausencia por desaparición forzada de Cástulo Vera Báez, los testimonios de Lidia Cabrera y de Sotero Franco, y diversos documentos del Archivo del Terror, que podemos concluir que tuvo lugar entre el 21 y el 28 de enero de 1977. En efecto, de acuerdo a lo que hemos relatado, sabemos que se produjo con posterioridad al interrogatorio de Sotero Franco en Paraguay, y es en esas fechas en las que él y sus compañeros fueron alojados en el Departamento de Investigaciones de Asunción.

Además, contamos con el libro de entradas y salidas de detenidos del Departamento de Investigaciones de Asunción, que obra en el Archivo del Terror y fue aportado a este debate por la testigo Yudith Rolón.  Allí, como podemos ver, se asentó el ingreso de Vera Báez a ese centro de detención, con fecha 28 de enero de 1977. Documento 5.

Ese mismo día fue interrogado.  El documento titulado “Declaración Informativa del Detenido Cástulo Vera Báez” da cuenta de esa circunstancia. Documento 6.

A esto se agrega como referencia otro documento del Archivo del Terror, fechado el 2 de febrero de 1977, en el que constan anotaciones de los interrogatorios sufridos por Sotero Franco, Cástulo Vera Báez y Juan José Penayo. Documento 7.

Es a partir de estos elementos, entonces, que hemos concluido que el secuestro ocurrió entre el 21 y el 28 de enero de 1977.

Ahora bien, respecto de las fuerzas que intervinieron en el secuestro, los testigos Lidia y Esteban Cabrera dieron cuenta de la participación de la Gendarmería Nacional Argentina, institución por entonces dependiente del Ejército Argentino. Esto también se encuentra reflejado en el informe de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay, en la documentación remitida desde el Centro de Documentación y Archivo de Paraguay y en el libro de Stella Calloni Los años del lobo[4].

Sobre el traslado de Vera Báez y Penayo desde Argentina a Paraguay, y puntualmente sobre su cautiverio en Asunción, además de los documentos mencionados, contamos con otro, también del Archivo del Terror titulado “Nómina de detenidos recluidos en esta jefatura que NO figuran”. En él aparecen sus nombres, así como también los de Lidia Cabrera, Sotero Franco, Esteban Cabrera y Domingo Rolón Centurión. Además de su presencia en el lugar, demuestra cómo la burocracia paraguaya llevaba una doble contabilidad de los alojados en las dependencias oficiales: los que formalmente figuraban y los que estaban recluidos clandestinamente. Documento 8.

Respecto del cautiverio de las víctimas, el testigo Sotero Franco se refirió al deplorable estado físico en el que se encontraban tanto Penayo como Vera Báez en Asunción.

Señores jueces: como mencionamos, no se ha podido determinar el destino que corrieron Penayo y Vera Báez inmediatamente después de que fueron vistos en el Departamento de Investigaciones de Asunción. Sin embargo, de la prueba incorporada, surgen algunos indicios. Uno de ellos es el testimonio de Lidia Cabrera, quien mencionó que en ese lugar un guardia le dijo que los habían matado.

En este sentido se incorporaron el artículo titulado “Pastor Coronel en la mira de un nuevo proceso judicial”; y la revista “Dictadura y memoria” de enero y febrero de 2007, aportados por Yudith Rolón, que mencionan que tanto Penayo como Vera Báez fueron asesinados en abril de 1977. Documento 9 y Documento 10.

Por otra parte, el informe de la Comisión Verdad y Justicia afirma que Penayo fue visto por última vez en diciembre de 1977, y que Vera Báez lo fue el 13 de junio de 1978. Esto último concuerda con la sentencia de Paraguay que establece esa fecha como presuntiva del fallecimiento de Vera Báez.

Sin embargo, debemos aclarar que de las pruebas recolectadas en el debate, esa fecha solamente encuentra sustento en el documento de la Policía de Paraguay fechado el 12 de junio de 1978, de donde surge que varios reclusos del Penal de Emboscada se habían declarado en huelga de hambre, solicitando el traslado a ese establecimiento de varios presos políticos, entre los que mencionan a Cástulo Vera Báez.

También del libro Semillas de Vida, surge que Vera Báez podría haber pasado por “La Emboscada”. Sin embargo, no hemos encontrado otros elementos que sustenten esta información.

Por último, debemos mencionar que también acreditan los hechos descriptos, los legajos CONADEP correspondientes a las dos víctimas.

En este juicio, por la privación ilegítima de la libertad a la que fue sometido Cástulo Vera Báez, acusamos a Carlos Humberto Caggiano Tedesco.  Al igual que ocurre con otros hechos, debido a las limitaciones de la etapa de instrucción, nos vemos imposibilitados de acusarlo formalmente por los hechos que damnificaron a Juan José Penayo, a Lidia y a Esteban Cabrera, a Sotero Franco y a Nercio Stumps.

Sin perjuicio de ello, a partir de la descripción que realizamos, la acreditación de lo que les sucedió constituye prueba inequívoca de la operatividad del marco de coordinación establecido por la Operación o Plan Cóndor.

 

[1] Sotero, Franco. Sobreviviente. Memorias de un luchador por la libertad. Víctima del Operativo Cóndor. Arandurá, Asunción - Paraguay, 2005. 

[2] Comisión de Familiares de Paraguayos Detenidos Desaparecidos en la Argentina. Semillas de vida = Ñemity ra. La Comisión, Asunción, Paraguay, 1990.

[3] Boccia Paz, Alfredo et al. En los sótanos de los generales. Los documentos ocultos del Operativo Cóndor. Editorial Servilibro, Asunción, Paraguay, 2008.

[4] Calloni, Stella. Operación Cóndor: Los años del lobo. Peña Lilo y Ediciones del Continente. Buenos Aires, Argentina, 1999.