Víctimas de Brasil

Norberto Armando Habegger

Descripción del caso y prueba

Ahora nos referiremos a lo que le sucedió a Norberto Armando Habegger, argentino, secuestrado en Brasil a comienzos de agosto de 1978 cuando tenía 37 años.

Era periodista y secretario de organización de la rama política del Movimiento Peronista Montoneros. Tuvo una larga trayectoria política, que trascurrió, primero, en la Democracia Cristiana, luego en organismos vinculados con la Juventud Peronista, y finalmente en Montoneros.

Estos aspectos de la actividad política y profesional de Norberto Habegger se encuentran acreditados a partir de las declaraciones prestadas en este debate por su hijo Andrés, su hermano Gustavo, su esposa, Florinda Castro y por María Eugenia Calderón, una amiga con quien, además, compartiera su actividad política. También surgen del libro escrito por Ernesto Salas y Florinda Castro, titulado Norberto Habberger. Cristiano, descamisado, montonero[1], aportado por la propia Castro durante su declaración.

Es a partir de estos mismos elementos que en este debate se acreditó que, en razón de sus actividades políticas, Norberto Habegger era intensamente perseguido por las fuerzas represivas de nuestro país desde antes del golpe de Estado de 1976.

Tan intensa fue esa persecución que en los sucesivos y sistemáticos intentos para dar con él, el acosamiento se extendió a su familia, y se volvió más intenso luego del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Esto obligó a que el grupo familiar se disgregara: Norberto pasó a vivir en la clandestinidad, en Rosario; y Florinda Castro, se quedó viviendo en Buenos Aires junto con su hijo, Andrés.

La persecución al grupo familiar como medio para llegar a Norberto llegó a su punto máximo, cuando el 10 de junio de 1977 secuestraron e interrogaron a Florinda Castro y a Gustavo Habegger, tal como lo manifestaron en sus declaraciones. Ambos sostuvieron que años después pudieron determinar que el lugar en el que habían permanecido recluidos era el CCD conocido como Club Atlético. Una vez liberada, Florinda Castro se exilió en México junto con su hijo.

Norberto continuó viviendo en la clandestinidad en Argentina, y continuó con su actividad política. Y fue en razón de esa actividad que en aquel tiempo debió realizar algunos viajes al exterior del país. Sabemos que, en ese tiempo, en al menos tres o cuatro ocasiones, se dirigió a México para visitar a su familia. Fue así que, hacia fines de julio de 1978, Norberto Habegger viajó a ese país, donde además de participar de varias reuniones políticas, aprovechó para visitar una vez más a Florinda Castro y a su hijo, Andrés.

Unos días después, el 31 de julio de 1978, Norberto Habegger partió de México en un avión rumbo a Río de Janeiro, donde debía encontrarse con compañeros de Montoneros, luego de lo cual partiría rumbo a España. Fue despedido en el aeropuerto por Florinda, Andrés y su amiga María Eugenia Calderón. Fue la última vez que lo vieron.

Habegger ingresó a Río de Janeiro el mismo 31 de julio, utilizando la identidad de Héctor Esteban Cuello. En algún momento de su estadía en esa ciudad, entre el 31 de julio y el 9 de agosto, Norberto Armando Habegger fue secuestrado por fuerzas argentinas que actuaron en coordinación con fuerzas brasileras, y trasladado clandestinamente a nuestro país. Al día de la fecha, permanece desaparecido.

De su partida de México con destino a Rio de Janeiro el 31 de julio de 1978, dieron cuenta en sus declaraciones Florinda Castro, Andrés Habegger y María Eugenia Calderón. Andrés Habegger, aportó, incluso fotos que registraron el momento de la despedida del aeropuerto, que fueron incorporadas al debate. Documento 1.

Sobre el ingreso de Habegger a Río de Janeiro, utilizando el alias de Héctor Esteban Cuello contamos, en primer lugar, una vez más, con las declaraciones de Florinda Castro y Andrés Habegger. Pero además, el ingreso se encuentra acreditado a través de la nota enviada por el jefe de gabinete de ministros de Brasil, Euclides Pereira de Mendoça, en respuesta al pedido de información que Florinda Castro hiciera al Ministerio del Interior de ese país; y que fue aportada por Andrés Habegger en su declaración. En esa nota, fechada el 25 de septiembre de 1980, las autoridades brasileras reconocen que el 31 de julio de 1978 ingresó al país una persona de nombre Héctor Esteban Cuello, y que no hay registros de su egreso. Documento 2.

Por otra parte, del ingreso a Brasil de Héctor Esteban Cuello, es decir, de Habegger, también dan cuenta dos notas periodísticas incorporadas por lectura al debate, una de la publicación brasilera Jornal Do Brasil y otra del diario La Nación. Esas notas refieren que el Ministerio de Justicia brasilero informó a la Asociación Brasilera de Prensa (ABI) que el Departamento de Policía Federal constató el ingreso de Cuello al país, pero no su salida. Documento 3 y Documento 4.

 En este mismo sentido, en el legajo CONADEP de Habegger se encuentra agregada una carta del entonces embajador argentino en Brasil, Oscar Camilión, dirigida a Florinda Castro, fechada el 27 de diciembre de 1978. Allí Camilión afirma que la Embajada realizó gestiones y que lo único que pudieron averiguar era lo que tenía carácter público, esto es, que se encontraba registrado el ingreso de Héctor Esteban Cuello a Brasil pero no su egreso. Documento 5.

En cuanto al operativo de secuestro en Río de Janeiro y la intervención en él de fuerzas argentinas, contamos con el documento titulado “La situación en los campos de concentración en la Argentina”, obrante en el legajo CONADEP n° 1715. Este documento consiste en la presentación ante Amnistía Internacional efectuada por Horacio Cid de la Paz y Alfredo González, ambos sobrevivientes de los CCD “Atlético”, “Banco” y “Olimpo”. De allí surge que, durante su cautiverio, tomaron conocimiento de que tres miembros del Ejército Argentino, pertenecientes al GT2, apodados “Cortez”, “Miguel” y “Cacho”, planificaron desde el CCD "el Banco" el secuestro de Habegger, el que, según sus dichos, se habría concretado el 3 de julio de 1978. En la actualidad sabemos que estos tres represores son Adolfo Omar Feito, Enrique José Del Pino y Guillermo Víctor Cardozo (Documento 6). Así surge de las sentencias, dictadas por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 2, en el marco de los juicios celebrados respecto de los hechos ocurridos en el circuito represivo conocido como ABO, incorporadas por lectura al debate[2]. Asimismo, respecto de esta circunstancia, Andrés Habegger afirmó haberse entrevistado con Isabel Fernández Blanco, también sobreviviente del circuito represivo ABO, quien le dijo haber escuchado que se hablaba de la preparación del secuestro del “cabezón”, apodo con el que era conocido su padre.

En cuanto a la fecha en que ocurrió este secuestro, la prueba producida en este debate no ha permitido establecerla con precisión. Sí es posible concluir que no pudo haber sido antes del 31 de julio, fecha en la que se comprobó que Habegger ingresó a Río de Janeiro, ni luego del 9 de agosto, fecha en la que Florinda Castro se comunicó con compañeros de la organización, luego de varios días de no tener novedades, y le confirmaron que habían perdido contacto con él.

Por otra parte, respecto del cautiverio de Habegger en la Argentina, del testimonio de Cid de la Paz y González surge que una prisionera, apodada la “Negra Adriana”, comentó que lo había visto personalmente y que, al menos, hasta diciembre de 1978, se encontraba recluido en un CCD del Ejército. Esta última información encuentra correlato en un informe elaborado por la SIDE hacia el primer trimestre del año 1979, obrante en el rollo 143 del Archivo del Terror, foliatura 0891, donde figura un listado de las personas que formaban parte de las diferentes ramas del Movimiento Peronista Montonero. El nombre de Norberto Habegger se encuentra allí incluido como perteneciente a la rama política y, al lado, se añade el término “detenido”. Documento 7.

Además, sobre la presencia de fuerzas represivas argentinas en territorio brasilero, contamos con la carta del cardenal Eugenio de Araujo Sales dirigida a Florinda Castro, de febrero de 1979. Allí, el cardenal refirió que era peligroso que ella viajara a ese país a realizar gestiones. Asimismo, señaló que tenía evidencias de la presencia de policía argentina en Río de Janeiro, motivo por el cual, en tres o cuatro oportunidades, había consultado a la Arquidiócesis, desde donde le hicieron saber que era posible que los organismos represivos de ambos países estuvieran cooperando. Documento 8.

Estas preocupaciones del cardenal surgen también de un cable de la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires, enviado al Departamento de Estado, fechado el 24 de mayo de 1979. Este documento, además de dar cuenta de las noticias periodísticas que se hacían eco de lo ocurrido con Habegger, hace referencia a manifestaciones realizadas por el cardenal en una reunión realizada el 25 de enero de 1978, respecto de la existencia de operaciones contra refugiados en Rio de Janeiro por parte de la policía argentina actuando fuera del consulado argentino.

En síntesis, tal como declaró Florinda, la cadena de intercambio de información para encontrar a Habegger fue más larga de lo que su familia incluso llegó a conocer, y ello se ve reflejado en el intercambio de información que existía entre los servicios de inteligencia de la región.

Son muchas las pruebas que acreditan que los organismos represivos que operaron en el secuestro de Norberto Habegger se sirvieron del andamiaje que brindaba Cóndor para llevarlo a cabo.

Ya antes de producirse el secuestro, el nombre de Norberto Habegger aparecía en una lista de oficiales Montoneros que operaban en el exterior de Argentina. En efecto, en un documento producido por la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires, el 18 de ju1io de 1978, se mencionaba a Norberto Habegger, identificado con el nombre de "Ernesto" o "Cabezón", y se afirmaba respecto de él que estaba activo en Argentina, México y Brasil.

Otro indicio de cómo actuaron las redes de coordinación represiva en la cacería de Habegger lo podemos extraer de un documento que forma parte del Archivo del Terror de Paraguay. Si bien el archivo fue remitido de modo incompleto por las autoridades paraguayas, su contenido puede ser reconstruido en su totalidad, dado que se encuentra publicado en el libro aportado por Florinda Castro, al que ya nos referimos. Se trata de una carta de Habegger a los compañeros del Partido Peronista Auténtico, fechada en Buenos Aires en febrero de 1978. La presencia de esta carta en el Archivo del Terror da cuenta de que la correspondencia de Habegger había sido interceptada de algún modo y había circulado por los servicios de inteligencia de la región, hasta acabar en los archivos de la Policía de Investigaciones de Paraguay. Documento 9.

Un tercer indicio de colaboración represiva para la captura de Habegger, se extrae de los dichos de Paulo Malhães, oficial de inteligencia brasileño, quien refirió que en 1977 o 1978, en el marco de la Operación Gringo, el Presidente de Brasil le ordenó el secuestro de un argentino que era uno de los líderes de Montoneros. Agregó que miembros de la policía argentina fueron a buscarlo a Brasil, tal como solía ocurrir en casos que catalogó de "muy complejos", y que en este caso incluso viajó un médico argentino. De acuerdo a la información proporcionada por Malhães, el secuestrado fue trasladado a la Argentina con éxito.

Estos dichos de Malhães, que complementan los asentados en el acta incorporada a la que ya nos referimos en este alegato, los conocemos a partir de declaración de Nadine Borges en este juicio. Borges fue miembro de la Comisión de la Verdad del Estado de Río de Janeiro, asesora de la Comisión Nacional de la Verdad de Brasil, asesora especial de la Ministra de Derechos Humanos y Directora Nacional y Secretaria Nacional de Derechos Humanos de Brasil. Estando en la Comisión de la Verdad del Estado de Río de Janeiro, entrevistó a Paulo Malhães por aproximadamente 20 horas.

La testigo precisó que aunque Malhaes no le proporcionó fechas exactas y no develó la identidad de la persona secuestrada, el contexto y la forma en que Malhães le trasmitió esta información, le permitió concluir que se refería a Norberto Habegger.

Andrés Habegger también se refirió a la información proporcionada por Malhães durante su declaración en este debate, la que conoció a través de una entrevista que tuvo con Nadine Borges en un viaje a Brasil.

Sobre la participación de las fuerzas brasileras en el secuestro de Habegger en Rio de Janeiro, Stella Calloni en su libro Operación Cóndor. Pacto Criminal[3], cita un informe de 1981, sin firma, dirigido a Pastor Coronel (Jefe del Departamento de Investigaciones de la Policía paraguaya), en el que se hace referencia al buen trabajo de los brasileños en los secuestros de argentinos en su territorio. Entre las personas mencionadas está Habegger, respecto de quien se indicó que había sido secuestrado en el aeropuerto de Galeao, en Rio de Janeiro.

A todo lo expuesto se suma que el Estado brasileño reconoció su responsabilidad en la desaparición forzada de Habegger, a través del dictado de la ley N° 9.140. Al respecto se encuentra incorporado en el legajo CONADEP correspondiente a Habegger el anexo I de la ley mencionada, en donde figura el nombre de las personas respecto de las cuales el Estado brasilero reconoce su responsabilidad, entre quienes se encuentra Habegger.

Luego del secuestro de Habegger, Florinda Castro realizó innumerables gestiones, tal como se desprende de su testimonio y de los de Andrés y Gustavo Habegger, y como puede constatarse en el legajo CONADEP de la víctima.

Al respecto también se refirió Jair Lima Krischke, uno de los fundadores del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil, quien declaró que la desaparición de Habegger en Brasil fue un hecho muy notorio, que inmediatamente llamó la atención de la Asociación Brasilera de Prensa (ABI). La única respuesta que dio por este caso el gobierno argentino fue la que envió en el año 1980 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la que negó todo conocimiento del hecho.

Lamentablemente, en este juicio estamos imposibilitados de dirigir reproche formal contra alguno de los responsables de lo que le ocurrió, por cuanto Albano Eduardo Harguindeguy y Jorge Rafael Videla fallecieron antes o al poco tiempo de comenzar el debate.

Sin perjuicio de ello, los sucesos que acabamos de sintetizar y que se encuentran acreditados a partir de la prueba producida en este juicio, demuestran de manera inequívoca la actuación coordinada que existió entre las fuerzas represivas de Argentina y de Brasil para la captura y desaparición de sus opositores políticos, en el marco de la "Operación Cóndor".

 

[1] Ernesto Salas y Florinda Castro, Norberto Habbeger. Cristiano, descamisado, montonero, Buenos Aires, Colihue, 2011.

[2] Causas n° 1.668 “Miara, Samuel y otros s/ inf. arts. 144 bis inc. 1° 6 y último párrafo -ley 14.616-, en función del 142 inc. 1° -ley 20.642- del C.P.; 144 bis, último párrafo en función del art. 142 inc. 5° del C.P., en concurso real con inf. arts. 144 ter, primer párrafo -ley 14.616- del C.P.” y 1673 “TEPEDINO, Carlos Alberto Roque y otros s/inf. arts. 80 inc. 2°, 144 bis inc. 1° y 142 inc. 5° del C.P.” Sentencia del 22 de marzo de 2011, conocida como ABO I.

Causa n° 1.824 “Godoy Pedro Santiago y otro s/ inf. arts. 144 bis inc. 1° 6 y último párrafo -ley 14.616-, en función del 142 inc. 1° -ley 20.642- del C.P.; 144 bis, último párrafo en función del art. 142 inc. 5° del C.P., en concurso real con inf. arts. 144 ter, primer párrafo -ley 14.616- del C.P.”, sentencia del 15 de junio de 2012, conocida como ABO II.

[3] Stella Calloni, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006.