Víctimas de Uruguay

Familia Hernández – Hobbas

Descripción del caso

Sres. Jueces, nos referiremos ahora a lo ocurrido a los integrantes de la familia Hernández-Hobbas.

Lourdes Hobbas Bellusci era de nacionalidad uruguaya y estaba casada con Nelson Hernández, también uruguayo, con quien tuvo 4 hijos: Beatriz Lourdes, Washington Fernando, Esteban Nelson y Andrea Viviana, quienes al momento de los hechos tenían 17, 15, 10 y 4 años de edad, respectivamente.

En Uruguay, Nelson Hernández tenía una activa participación política desde el Partido Comunista. Como consecuencia de la persecución de la que era objeto, él y su familia emigraron hacia Argentina en el año 1973.

Instalados en el partido de San Isidro de la Provincia de Buenos Aires, tanto Nelson Hernández como Lourdes Hobbas participaron de la vida política local desde el espacio del peronismo de base y se integraron a la organización Montoneros en la zona norte de la provincia. Sin embargo, nunca perdieron contacto con la realidad política uruguaya y brindaban su ayuda o alojamiento a todo compatriota que lo necesitara por estar escapando de la persecución en Uruguay.

En 1974 Hernández fue detenido por sus actividades políticas y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Mientras tanto, con motivo de esta detención y de la intensa persecución de la que era objeto el grupo, Lourdes Hobbas y sus cuatro hijos debieron cambiar de domicilio en varias oportunidades y con frecuencia los niños pasaban al cuidado de otros compañeros durante algún tiempo.

Hacia fines del mes de febrero de 1977 en un operativo de los denominados “pinza” en la provincia de Buenos Aires, el auto en el que viajaba Lourdes Hobbas fue interceptado por las fuerzas de seguridad, por control vehicular en la vía pública.

Hobbas fue secuestrada y trasladada con destino desconocido. Gracias a la documentación del vehículo lograron dar con su propietario, Alberto Braicovich, a quien también detuvieron y posteriormente asesinaron.

Luego de la desaparición de Lourdes Hobbas, sus hijos quedaron al cuidado de compañeros de la organización Montoneros con quienes, inicialmente, realizaron un viaje relámpago hacia la costa atlántica y se instalaron durante unos días en la ciudad de Villa Gesell.

Al regresar, los chicos fueron separados: Beatriz y Andrea quedaron al cuidado de unos compañeros de sus padres y Washington Fernando con otros. Al igual que sus hermanos, Esteban quedó primero bajo el cuidado de miembros de la organización pero luego lo llevaron con sus abuelos maternos que vivían en la zona de Beccar de la Provincia de Buenos Aires.

Si bien su padre -Nelson Hernández- fue liberado en abril de 1977, las autoridades argentina lo deportaron hacia Uruguay; en donde, tiempo después, se reencontró con su hijo Esteban. Nelson Hernández viajó a Francia como exiliado y desde allí denunció lo sucedido buscando a sus seres queridos.

El 5 de julio de 1977 Beatriz Hernández Hobbas, de 17 años de edad, fue secuestrada junto a Alicia Raquel Delaporte, compañera de su madre, en un operativo ocurrido en la pizzería Focaccia ubicada en la Av. Vélez Sarsfield, a una cuadra de la estación de ferrocarril en el barrio bonaerense de Munro, partido de Vicente López, Provincia de Buenos Aires.

Un grupo de al menos 10 personas vestidas de civil que portaban armas cortas y largas con la inscripción “Ejército Argentino” irrumpió en la pizzería y tomaron por asalto al grupo compuesto por Beatriz Hernández Hobbas, Alicia Delaporte, Román Pacheco y Armando Saide, todos integrantes de Montoneros.

Violentamente redujeron a los tres primeros y abrieron fuego contra el cuarto, que estaba en el segundo piso. Pacheco logró desprenderse de los brazos de sus captores y salió del local en medio de la confusión y del pánico del resto de los comensales.

Esposadas, Beatriz Hernández Hobbas y Alicia Delaporte fueron llevadas a bordo de un auto modelo Chevy con destino desconocido, mientras un importante cordón de efectivos de la policía de la provincia de Buenos Aires custodiaba las inmediaciones del local.

Como consecuencia de este hecho, algunos integrantes de la organización debieron abandonar las casas en las que vivían y mudarse transitoriamente.

Washington Fernando Hernández Hobbas era uno de ellos y se trasladó a una casa en una zona poco poblada de Del Viso, provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, esta medida de seguridad no fue suficiente.

El 6 de julio de 1977, al día siguiente del operativo en la pizzería, la casa a la que se había trasladado fue allanada y algunos de sus ocupantes fueron secuestrados.

Efectivamente, personal militar que actuaba bajo las órdenes y coordinación de Riveros y Bignone irrumpió en la casa de Del Viso en las primeras horas de la tarde. Vestidos algunos con uniformes y otros de civil, y portando armas, llegaron a bordo de una camioneta del ejército en cuyo interior llevaban a Beatriz Hernández Hobbas.

Luego de imponerse, llevaron detenidos a Washington Fernando Hernández Hobbas junto a otras 3 mujeres.

Transcurridas algunas horas, nuevamente se montó un fuerte operativo militar en el que intervinieron camiones y un helicóptero. Los militares, armados, permanecieron en la casa con los niños que habían quedado ahí, seguramente esperando que alguien concurra a la casa para proceder también a su detención. Al día siguiente, finalmente, los niños pudieron retirarse.

Posteriormente, los días 7 y 8 de julio, dos de las casas en donde Washington Fernando Hernández había vivido temporalmente en la Capital Federal, fueron allanadas durante la noche por personal no uniformado fuertemente armado. En uno de estos allanamientos, Washington Fernando fue llevado y obligado a entrar en la vivienda.

El barrio de Munro del partido de Vicente López en donde ocurrió el secuestro de Beatriz Hernández Hobbas, se corresponde con la jurisdicción del área 450 a cargo de la Escuela de Infantería cuyo responsable era, en ese momento, José Horacio Ruíz.

Por su parte, la localidad de Del Viso, ubicada dentro del partido bonaerense de Pilar, se corresponde con el área 460, cuya jefatura era ejercida por el Comandante de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral, en ese momento a cargo de Norberto Juan Chiappari.

Tanto el área 450 como la 460 se encuentran dentro de la Zona n°4, cuyo responsable era el Comando de Institutos Militares, bajo la responsabilidad en esa fecha de los imputados Santiago Omar Riveros, Jefe del Comando, y de Reinaldo Benito Bignone, Segundo Comandante de la división y Jefe del Estado Mayor de esa Zona de Defensa.

La concatenación de estos secuestros ejecutados por fuerzas militares y de seguridad que actuaron coordinadamente en diferentes áreas de la zona 4, evidencia la participación no sólo de la Jefatura del Área en cuestión sino también de la coordinación de la jefatura de la zona, a cargo de los imputados Santiago Omar Riveros y Reynaldo Benito Bignone.

Luego del secuestro de su madre y hermanos, la niña Andrea Viviana Hernández Hobbas, quien tenía sólo 4 años, quedó al cuidado de una pareja de compañeros de su madre.

Pero a fin de resguardarla de los peligros que significaba la brutal represión a los integrantes de Montoneros, debieron dejarla a unos vecinos que se solidarizaron con la situación.

Sin embargo, esta familia negó la identidad de Andrea, cambiando su apellido y ocultándole su verdadera identidad.

Muchos años después, en 1998, Andrea se acercó a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y pocos meses después recuperó su identidad y el contacto con su hermano Esteban.

A la fecha, Lourdes Hobbas Bellusci, Beatriz Hernández Hobbas y Washington Fernando Hernández Hobbas permanecen desaparecidos.

 

Prueba

Los hechos relatados encuentran sustento en numerosos elementos de prueba.

En primer lugar contamos con las declaraciones testimoniales brindadas en este debate por Esteban Hernández Hobbas, Román Pacheco, quien era compañero de Lourdes Hobbas en la agrupación, y Gonzalo Yrurtia, hijo de Alicia Raquel Delaporte también compañera de Hobbas en Montoneros.

Los tres testigos dieron cuenta, entre otras cosas que detallaremos a continuación, de las actividades políticas que desarrollaba el grupo y en particular por la familia Hernández Hobbas, del contexto de persecución del que eran objeto y de las maniobras que permanentemente debían realizar para evadir a las fuerzas represivas, entre ellas, las constantes mudanzas y el cuidado alternado de los hijos de los integrantes de la agrupación.

El testigo Esteban Hernández Hobbas, hijo de Lourdes Hobbas y hermano de Beatriz y Washington Fernando, relató en esta audiencia su composición familiar, y todo lo que pudo reconstruir con los años en relación a las actividades que realizaban en Uruguay y el exilio al que se vieron forzados debido a la persecución de las fuerzas represivas uruguayas.

Describió las circunstancias de la detención de su padre Nelson Hernández y las mudanzas que tanto su madre como él y sus hermanos debían realizar regularmente por motivos de seguridad, destacando que, cito, “en esa época todos los días desaparecía algún compañero o lo mataban”.

Sostuvo que, entre otros lugares, vivieron junto a una compañera en una casa cercana a la estación ferroviaria de Olivos, también en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, hasta que una noche del mes de octubre de 1976 debieron abandonarla cuando, luego del secuestro de esta compañera, un fuerte operativo militar se montó en la casa. Relató la forma en que lograron escapar, corriendo a través de los jardines, y que nuevamente velando por su integridad, debieron mudarse.

Román Pacheco también se refirió a ese operativo y recordó que como consecuencia de ello tuvo a su cuidado a los niños Esteban y Washington Fernando Hernández Hobbas durante un tiempo y aclaró que este último vivió en su departamento y en la casa de un amigo suyo.

Las circunstancias del secuestro de Lourdes Hobbas fueron descriptas por los testigos Esteban Hernández, Pacheco e Yrurtia, quienes se enteraron de lo ocurrido a través de otros integrantes de Montoneros.

Sus manifestaciones se complementan con diversa documentación incorporada al debate, como los legajos CONADEP y COMIPAZ de la víctima y la Investigación Histórica sobre Detenidos Desaparecidos[1] de Uruguay, que contienen las denuncias que relatan lo ocurrido.

Gonzalo Yrurtia, también contó las peripecias sufridas con motivo de las incesantes mudanzas y coincidió con el testigo Hernández al recordar el viaje a la costa atlántica que realizaron, por seguridad, con posterioridad al secuestro de Lourdes Hobbas.

Hernández, agregó que luego del viaje, perdió el contacto con sus hermanos ya que quedó al cuidado de familiares y poco tiempo después viajó a Uruguay.

Respecto de su regreso a Uruguay, dentro de la documentación incorporada contamos con la “hoja de repatrío” agregada a la causa en la que se investigó originalmente la privación ilegal de la libertad (n°856/85).

Por medio de ese documento, el 6 de mayo de 1977, se concedió un pasaje gratis para el menor Esteban Hernández Hobbas a fin de que se reintegrase al hogar paterno en Uruguay. En este documento se consigna que su padre fue expulsado del territorio argentino y su madre y hermanos habían desaparecido “quedando el titular en el más absoluto desamparo”.

En relación con el operativo del 5 de julio de 1977 en la localidad de Munro en donde fueron secuestradas Beatriz Hernández Hobbas y Alicia Delaporte, el testigo Román Pacheco hizo una descripción pormenorizada del hecho toda vez que él también estaba presente.

Relató las circunstancias en que fueron sorprendidos y la violencia irresistible del grupo de tareas, que abrieron fuego ante una multitud y que hirieron a su compañero Armando Saide quien también estaba presente y logró escapar a pesar de las dos heridas de bala que sufrió. Recordó, además, que las armas que usaban los captores tenían una inscripción del Ejército Argentino.

También dio detalles de la forma casual en la que logró escapar del operativo y cómo vio que Hernández Hobbas y Delaporte eran subidas, con vida, a autos Chevy que estaban cruzados en la calle y rodeados por un importante cordón de efectivos de la policía de la Provincia de Buenos Aires.

Asimismo, los testigos Hernández e Yrurtia coincidieron con el relato de esos hechos, todo lo cual pudieron reconstruir con el tiempo.

Gonzalo Yrurtia, quien tenía 12 años al momento de los hechos, también recordó que luego del operativo del 5 de julio y por seguridad, algunos niños y unos pocos adultos se mudaron a una casa en la localidad bonaerense de Del Viso pero que entre el mediodía y la tarde del día siguiente, esto es 6 de julio de 1977, fueron sorprendidos por personal militar uniformado que se transportaba en una camioneta de color verde, en donde llevaban a Beatriz Hernández Hobbas.

Yrurtia explicó que una vez que ingresaron, llevaron detenidas a las tres mujeres adultas que estaban allí y a Fernando Washington Hernández y que sin dar ninguna explicación se retiraron del lugar.

Agregó que horas más tarde se montó un gran operativo en el que intervinieron camiones militares y un helicóptero y que, a pesar de que intentó escapar, los militares lo llevaron de regreso a la casa, donde quedaron cuatro niños y una consigna militar durante toda la noche. Recién al día siguiente les dieron el permiso de irse por lo que el testigo, junto a su hermana, se fueron a la casa de su abuela.

En la audiencia, Pacheco dio cuenta de las mismas circunstancias las que llegaron a su conocimiento por el relato que años más tarde le hizo el propio Yrurtia. Este extremo demuestra que sus recuerdos, pese al tiempo transcurrido, no se modificaron.

Asimismo y respecto de Washington Fernando Hernández, Pacheco hizo alusión a dos allanamientos realizados entre los días 7 y 8 de julio de 1977 en las casas en donde el menor había vivido temporalmente: uno en la casa de un amigo; y otro en la casa de sus padres.

Respecto del allanamiento sufrido por sus padres, relató que las fuerzas represivas llevaron a una persona que, por la descripción que le realizaron sus padres, el testigo concluyó que se trataba de la víctima.

Por su parte, el testigo Esteban Hernández Hobbas se refirió a la búsqueda que llevó adelante para dar con su hermana menor, Andrea Viviana. Relató las circunstancias de la apropiación de Andrea y el proceso de recuperación de su identidad, ocurrido en el mes de diciembre de 1998.

Las cuestiones relativas a la sustracción de la identidad de Andrea Viviana Hernández Hobbas se encuentran acreditadas a partir de las constancias remitidas por la justicia de San Martín en el marco del caso n°25. Allí encontramos no solo la denuncia realizada por su padre, Nelson Hernández, sino también con la propia declaración de la víctima con los relatos de sus vivencias.

Además de los testimonios descriptos, contamos con abundante prueba documental que respalda las conclusiones a las que arribamos.

Entre ellos destacamos las constancias remitidas por la justicia de San Martin agrupadas en el marco del citado caso N°25, dentro de la que se encuentra el sumario instruido por la justicia Militar en la "Causa N° 215” en donde obran las denuncias por la desaparición de estas víctimas y las diligencias judiciales que se intentaron para dar una respuesta.

Entre ellos, destacamos un informe elaborado por la Gendarmería Nacional el 24 de noviembre de 1986, en el que informó que en sus registros existe una nota de la Dirección Nacional de Migraciones que informa que, por resolución del 19 de abril de 1976, se declaró ilegal la permanencia en el país de Lourdes Hobbas y sus 4 hijos, ordenando su expulsión del territorio nacional.

Asimismo, contamos con los legajos confeccionados por la CONADEP y la COMIPAZ respecto de estas víctimas, en donde se reflejan las gestiones y denuncias realizadas por Nelson Hernández. En estas denuncias se relatan los hechos tal como fueron descriptos y las gestiones realizadas ante organismos nacionales argentinos y uruguayos; e internacionales.

Además, lo que les ocurrió fue abordado en la Investigación Histórica sobre Detenidos Desaparecidos del Uruguay, ya citada, la cual también se encuentra incorporada.

Resultan también prueba de las gestiones realizadas y del ardid de las fuerzas de seguridad en perpetuar el silencio y la impunidad por estos hechos, la documentación remitida por la Comisión Provincial por la Memoria. Allí, encontramos las solicitudes de paradero y búsquedas realizadas por la policía de la provincia, todas ellas con resultado negativo.

Asimismo, sus desapariciones fueron plasmadas en el listado de personas de nacionalidad uruguaya desaparecidas en Argentina que se encontraba dentro de los Archivos del Departamento de Estado de Estados Unidos y remitido por el National Security Archive en el marco de la instrucción suplementaria.

Respecto de la privación ilegal de la libertad de Lourdes Hobbas Bellusci, nos vemos imposibilitados de responsabilizar a Santiago Omar Riveros, Reinaldo Benito Bignone y Luis Sadi Pepa, toda vez que en este debate no se ha podido determinar con absoluta certeza el lugar en donde ha ocurrido su secuestro.

Sabemos que su secuestro ocurrió en la vía pública. Sin embargo, de la prueba colectada en el debate surge que el hecho podría haber ocurrido: en la localidad de Munro, según las constancias del CONADEP; o en el camino que se recorre por la Avenida General Paz entre las localidades de José C. Paz y la Ciudad de Buenos Aires, según lo narrado por Esteban Hernández Hobbas; o en el partido de Morón, jurisdicción del área 160, subzona 16, según el testimonio de Román Pacheco.

En virtud de ello, ante la persistencia de la duda y la imposibilidad de disiparla, debemos abstenernos de atribuir responsabilidad por ese hecho.

Por el contrario, en este juicio sí pudieron comprobarse certeramente las circunstancias de modo, tiempo y lugar que rodearon los secuestros y desapariciones de Beatriz Hernández Hobbas y Washington Fernando Hernández Hobbas. Por sus privaciones ilegales de la libertad acusamos a Santiago Omar Riveros y a Reinaldo Benito Bignone.

 

[1] Presidencia de la República Oriental del Uruguay. Investigación Histórica Sobre Detenidos Desaparecidos. En Complimiento Del Artículo 4° de la Ley 15.848. Montevideo, Presidencia de la República y Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales, 2007