Víctimas de Uruguay

Washington Domingo Queiro Uzal

Descripción del caso

Washington Domingo Queiro Uzal (Mingo) era uruguayo y al momento de los hechos tenía 26 años. En Montevideo vivía con sus padres y dividía su tiempo entre la empresa familiar y su trabajo como obrero gráfico. En su país integró la FAU y la ROE.

Su libertad se puso en riesgo debido a su participación política, y es por ello que a principios de 1973 escapó de Uruguay y se radicó en Chile. Poco después, la casa de su familia fue allanada por un grupo de militares que preguntaron por él.

Cuando en Chile se produjo el golpe de Estado, atravesó un segundo desarraigo. Esta vez, y al igual que muchos otros exiliados uruguayos y chilenos, se instaló en Buenos Aires donde obtuvo su documento argentino. Aquí se sostuvo económicamente manejando un taxi y con la apertura de un comercio en la calle Naón n° 2146. Además, continuó con su actividad política de oposición al gobierno de facto uruguayo, y en 1975 integró el PVP. Durante este período, se reunió con su familia en varias oportunidades en Buenos Aires. Por razones de seguridad, prefirió no decirles dónde vivía.

En 1976 comenzó una relación con Cristina Mihura quien, como ya expusimos, había estado casada con Bernardo Armando Arnone. Al igual que Queiro y Arnone, Mihura pertenecía al PVP.  Sin embargo, cuando ella y Queiro comenzaron la relación, cada uno desconocía la filiación política del otro.

Para junio de 1976, el grupo de agentes uruguayos que actuaba en conjunto con las fuerzas argentinas en el ámbito de Automotores Orletti, estaba recabando información para lograr la captura de Queiro. Sabían que se encontraba en Argentina e integraba el PVP. Con ese objetivo, José Arab solicitó a la Policía Técnica uruguaya fotografías y datos filiatorios de Queiro.

El 29 de julio de 1976, mientras visitaban a una pareja amiga en un departamento en el barrio de Belgrano, Mihura y Queiro fueron detenidos por miembros no uniformados de la PFA y conducidos a la Comisaría 35°, dentro de la Subzona Capital Federal de la que era responsable Jorge Olivera Róvere. De acuerdo a lo que nos contó Mihura en esta audiencia, las personas que intervinieron sabían que los cuatro detenidos eran de nacionalidad oriental y ella tiene la convicción de que la persona que los interrogó era el oficial uruguayo Jorge Alberto Silveira Quesada. Fueron liberados pasadas unas 48 horas.

A pesar de ello, a partir de septiembre la seguridad de Cristina Mihura y Washington Queiro se vio nuevamente amenazada cuando comenzó la segunda oleada represiva contra el PVP que, como vimos, entre otros secuestros, incluyó el de la ex pareja de Mihura, Bernardo Arnone, ocurrido el 1 de octubre. Por tales razones decidieron buscar la forma de salir inmediatamente de Argentina. Antes de que pudieran concretarlo, Queiro recibió un llamado de Carlos Göessens (el “karateka” o “kara”), para concertar un encuentro.

A pesar de que la situación generó desconfianza en la pareja porque hacía quince días que no sabían nada del “kara”, y por eso sospechaban que había sido capturado, al igual que muchos de sus compañeros Queiro aceptó reunirse con él, el 4 de octubre al mediodía.

A partir de la prueba producida en este debate, sabemos que Washington Domingo Queiro Uzal asistió a ese encuentro y fue secuestrado por personas que operaban en el ámbito de la OT 18 en coordinación con el personal uruguayo a cargo de Gavazzo.

Al igual que el resto de sus compañeros del PVP, Queiro fue trasladado al CCD  “Automotores Orletti”, donde fue sometido a condiciones inhumanas de detención.

Su familia se enteró del secuestro a través de un integrante del PVP. Cristina Mihura, ya exiliada, denunció el hecho ante las Naciones Unidas.

Al retorno de la democracia, su familia también realizó denuncias ante la CONADEP y la COMIPAZ pero nunca obtuvieron respuestas de parte de ninguno de los dos Estados acerca de lo que había ocurrido con él.

Washington Domingo Queiro Uzal actualmente permanece desaparecido.

Del mismo modo en que ocurrió respecto de otras víctimas, los fallecimientos de Harguindeguy, Videla y Olivera Róvere y las limitaciones a los que nos sujetó la instrucción, nos impiden realizar una imputación formal contra algunos de los responsables de su privación ilegítima de la libertad. Sin embargo, los hechos que han sido demostrados en el juicio nos permiten concluir que su desaparición forma parte de los delitos cometidos en el marco del plan ejecutado por la asociación ilícita denominada “Operación Cóndor”

 

Prueba

Esto es así, conforme la valoración conjunta de numerosos elementos de prueba incorporados a la causa.

Por ejemplo, Carmen Queiro dio cuenta en el debate sobre la vida de su hermano en Montevideo, su partida hacia Chile y el allanamiento que sufrió la familia en esos momentos. Nos habló también del temor que sintieron cuando se enteraron del golpe de estado en Chile y la tranquilidad, al retomar el contacto con él en Buenos Aires. Del libro A todos ellos[1], incorporado a la causa, surge la misma información. 

La información reunida en la Investigación Histórica[2], específicamente, el legajo COMIPAZ de Washington Queiro, da cuenta de su participación política tanto en la FAU como en la ROE en Uruguay y de su pertenencia al PVP en Buenos Aires.

En este debate, escuchamos también el testimonio de María del Pilar Nores Montedónico, que fue compañera de la secundaria de Washington Queiro. Ella nos contó que iniciaron juntos las actividades en la FAU y que luego se reencontraron en Buenos Aires; incluso, que en alguna oportunidad trabajaron juntos en uno de los equipos del PVP.

Cristina Mihura, por su parte, en su declaración testimonial también confirmó la pertenencia de Queiro al PVP así como su presencia en esta Ciudad durante el año 1976.

Al respecto, también contamos con las constancias remitidas por el Registro Nacional de las Personas que se encuentran en el expediente de declaración de ausencia por desaparición forzada, de las que se desprende que obtuvo la radicación en nuestro país en marzo de 1974, y que tramitó su documento nacional de identidad, siendo su número el 92.091.306. Documento 1.

Diversos elementos acreditan, asimismo, la constante persecución de que era objeto por parte de las Fuerzas Conjuntas Uruguayas. En principio, contamos con los documentos recolectados por la Investigación Histórica uruguaya. Entre ellos, cabe citar aquí específicamente los informes militares confeccionados por el OCOA y el SID que dan cuenta de las actividades de inteligencia desarrolladas por las fuerzas uruguayas para encontrar a Queiro y de la información que habían obtenido sobre su paradero en Buenos Aires y su participación en el PVP. Documento 2 y Documento 3.

En este sentido, contamos también con el documento incorporado a este debate, donde José Arab, en nombre del Jefe del Departamento III del SID, solicitó a la Policía Técnica uruguaya información sobre Queiro. En este debate escuchamos al testigo experto Álvaro Rico, explicar el origen de ese documento.  Documento 4.

Por otra parte, en las constancias remitidas por el Registro Nacional de las Personas que ya mencionamos, está documentada la detención previa que sufrieron Queiro y Mihura el 29 de julio de 1976 en la Comisaría 35° de esta Ciudad, detención que Cristina Mihura detalló en su relato ante este Tribunal. Documento 5.

Recordemos que Mihura, en esa ocasión, destacó que habían sido interrogados por Silveira, otro integrante del grupo de Gavazzo destacado en Buenos Aires.

Los testimonios de Carmen Queiro y de Mihura también establecieron cuáles fueron las circunstancias inmediatamente previas al secuestro. Carmen Queiro expuso en este debate que poco antes del 4 de octubre, Queiro la llamó por teléfono y le dijo que tenía que dejar la Argentina y que por eso viajaría a Suecia. Sus palabras fueron: “Ya despaché a mi compañera, a otro compañero y ahora me tengo que ir yo”.

Tales referencias indican con claridad la toma de conciencia de la persecución de que era objeto y de la inminencia del peligro que corría.

Particular relevancia adquieren los dichos de Cristina Mihura, pues en la audiencia detalló el llamado telefónico de Carlos Göessens y cómo se organizó el encuentro entre él y Queiro del 4 de octubre de 1976. Incluso dio cuenta de lo ocurrido ese día luego de que Queiro saliera de su domicilio. Explicó que Carlos López, el socio de Queiro con quien tenía el local en el mercado de la calle Naón, le comentó que al mediodía había hablado por teléfono con él y que la conversación se había cortado bruscamente.

Agregó que, a partir de ese día y hasta el momento en que logró salir del país, ella continuó asistiendo a los encuentros “automáticos” que tenía previstos con Queiro. Como explicamos cuando desarrollamos lo que le ocurrió a Arnone Hernández, la regla era que si él no se presentaba, esto significaba que había sido capturado. Queiro no asistió a ninguna de esas citas y es por eso que Cristina Mihura concluyó que, como ya sospechaba, había sido secuestrado ese 4 de octubre.

Las referencias de Mihura son fundamentales para comprender cómo se preparó la captura de Queiro. Recordemos que, tal como se acreditó en otros casos, diversos secuestros ocurrieron a consecuencia de la fijación de encuentros con el mencionado Göessens, integrante del PVP vinculado a muchos de quienes desaparecieron entre fines de septiembre y principios de octubre de 1976.

Al momento de tratar esos crímenes dimos cuenta del conjunto de evidencias que demostraban el rol que tuvo Göessens en esos secuestros; entre ellas, las propias menciones efectuadas por José Nino Gavazzo en el libro de su autoría[3], donde reconoce la actuación de esa persona en diversas capturas.

Resulta evidente entonces, que Queiro fue secuestrado a consecuencia de ese encuentro, coordinado entre las fuerzas uruguayas y las argentinas.

Estas circunstancias también se tuvieron por acreditadas en las sentencias del 26 de marzo de 2009 ya citadas, dictadas por el Juez Luis Charles a cargo del Juzgado Penal 19° turno de la República Oriental del Uruguay y que se encuentran incorporadas a este debate[4]. En esos pronunciamientos judiciales se condenó a Gavazzo, Arab, Silveira, Ramas, Medina, Vásquez Bisio, Maurente Mat y Sande Lima a diversas penas restrictivas de la libertad por diversos delitos, entre ellos, los que afectaron a Washington Domingo Queiro Uzal.  Concretamente, allí se menciona que su secuestro tuvo lugar el 4 de octubre de 1976, en Buenos Aires, cito, “cuando concurría a una entrevista con Carlos Göessens”.

En el mismo sentido, la sentencia dictada por el Juez Luis Dupuy, del 14 de abril de 2003 y que obra en el expediente de la justicia civil que fue incorporado por el Tribunal, determinó como fecha de ausencia por desaparición forzada de Washington Queiro el 4 de octubre de 1976.

Se encuentra incorporado también el libro Gerardo Gatti. Revolucionario[5], en el que los autores coinciden en que el secuestro ocurrió el 4 de octubre de 1976.

Además, esta fue la fecha indicada por la familia al momento de realizar la denuncia ante la CONADEP, de acuerdo a las constancias del legajo que se encuentra incorporado.

Agregado a lo anterior, y sumado a la prueba que ya hemos mencionado en relación a la permanencia en Orletti de todo el grupo del PVP que fue secuestrado en lo que el testigo experto Álvaro Rico denominó “segunda oleada represiva”, y en la que Queiro está incluido, de la causa caratulada "Gavazzo Pereira, José Nino. Arab Fernández, José Ricardo s/un delito de privación de libertad”[6], surgen también las menciones de Sara Méndez. Allí Méndez relató que luego de haber sido trasladada clandestinamente desde Automotores Orletti a fines de julio de 1976 y mientras estaba detenida en Uruguay, le exhibieron fotografías y documentación de quien ella identificó como Washington Queiro, a quien conocía, y fue interrogada al respecto por el represor uruguayo Medina.

Esta práctica de exhibir documentación y fotografías de personas que eran buscadas o que habían sido capturadas en Buenos Aires, a quienes estaban prisioneros en Uruguay, se advierte en otros casos, como el de Ricardo Gil Iribarne, y confirma también la actuación coordinada entre los ejércitos de ambos países para la persecución y captura de opositores políticos y, en este caso en particular, de Washington Queiro.

En síntesis, en este juicio se probó que la desaparición de Washington Domingo Queiro Uzal fue producto de la acción coordinada de las fuerzas represivas uruguayas y argentinas en el marco del andamiaje provisto por la denominada “Operación o Plan Cóndor”. Lo ocurrido a Queiro Uzal es una prueba más de su existencia y operatividad.

 

[1] Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, A todos ellos. Informe de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. Montevideo, Uruguay, 2004.

[2] Presidencia de la República Oriental del Uruguay. Investigación Histórica Sobre Detenidos Desaparecidos. En Complimiento Del Artículo 4° de la Ley 15.848. Montevideo, Presidencia de la República y Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales, 2007

[3] Gavazzo, José Nino, Mi testimonio. Editores Artemisa, Montevideo, Uruguay, 2012.

[4] Causa "Gavazzo Pereira, José Nino. Arab Fernández, José Ricardo- Un delito de Privación de libertad” - Ficha 98-247/2006, Sentencia n° 036 del 26 de marzo de 2009 y "Silveira Quesada, Jorge Alberto y otros. Un delito de Privación de Libertad " Ficha 2-43332/2005, Sentencia n° 037 del 26 de marzo de 2009, ambas del Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal 19° Turno, Montevideo, Uruguay.

[5] Ivonne Trías y Universindo Rodríguez Díaz, Gerardo Gatti, Revolucionario. Editorial Trilce, Montevideo, Uruguay, 2012.

[6] Causa ya citada. "Gavazzo Pereira, José Nino. Arab Fernández, José Ricardo- Un delito de Privación de libertad” - Ficha 98-247/2006, del Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal 19° Turno, Montevideo, Uruguay, Sentencia n° 036 del 26 de marzo de 2009.