Víctimas de Uruguay

Rafael Lezama González, Miguel Ángel Moreno Malugani y Casimira Carretero Cárdenas

Descripción del caso

Rafael Laudelino Lezama González, Miguel Ángel Moreno Malugani y Casimira María del Rosario Carretero Cárdenas eran uruguayos y tenían, al momento de los hechos, 23, 28 y 24 años. Los tres formaron parte del FER.

Moreno Malugani estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes donde entabló amistad con Alberto Pérez Iriarte, con quien se integró al FER.

Por sus actividades políticas, Lezama González fue detenido en Montevideo en, al menos, dos ocasiones: en julio de 1971 y en enero de 1972.

Entre las personas con quienes compartía su actividad política, Carretero Cárdenas era conocida como “cachete”. A raíz de esas actividades, en Uruguay fue detenida también en dos oportunidades. En junio de 1969 y en noviembre de 1970.

A raíz de la persecución de la que eran objeto en su país, en diferentes momentos de 1972, los tres se radicaron en Santiago de Chile. En agosto de 1972, Moreno Malugani se trasladó a la Argentina junto a Alberto Pérez Iriarte. Al poco tiempo se reunieron con Rafael Lezama González y a fines de septiembre o principios de octubre de 1972, partieron los tres juntos hacia Santiago de Chile. Por su parte, Carretero Cárdenas partió a fines de ese año con idéntico destino.

En Chile, Lezama González y Moreno Malugani, junto con Pérez Iriarte, tomaron contacto con miembros del Movimiento de Acción Popular Unitaria, MAPU, y participaron de la resistencia al golpe de estado en contra del gobierno de Salvador Allende en septiembre de 1973.

Poco tiempo después del golpe, en octubre de 1973, Lezama González, Moreno Malugani y Carretero Cárdenas se exiliaron en Argentina y se radicaron en la Ciudad de Buenos Aires. Ya en esta ciudad los tres se integraron al PVP. Allí formaron parte del sector a cargo de Mechoso Méndez, uno de cuyos referentes era Carlos Göessens.

Para octubre de 1976, Lezama González vivía con su pareja, Olga Martínez Beauxis, en una pensión sobre la calle Tacuarí a una cuadra de Avenida de Mayo. Carretero Cárdenas, por su parte, había formado pareja con Juan Pablo Recagno Ibarburú, otro miembro del PVP, a quien nos referiremos más adelante. Con él vivía en un departamento en la avenida Corrientes 2550 en esta ciudad, cuando sucedieron los hechos que se sustancian en este debate. Moreno Malugani, vivía en Belgrano 2470, también en la Ciudad de Buenos Aires.

Ya hemos explicado que para la última semana de septiembre de 1976 estaba en pleno desarrollo una escalada represiva contra los integrantes del PVP que todavía quedaban en Buenos Aires, y el rol que en ello le cupo a Carlos Göessens, con quien las tres víctimas habían perdido contacto desde el 26 de septiembre. Sin perjuicio de ello, hacia el 1° de octubre, los tres fueron convocados a un encuentro con Göessens al que acudieron, y al igual que ocurrió en los casos anteriores, ninguno regresó.

En este juicio se probó que el 1° de octubre de 1976, entre las seis de la tarde y las nueve de la noche, Rafael Laudelino Lezama González, Miguel Ángel Moreno Malugani y Casimira María del Rosario Carretero Cárdenas fueron capturados por un grupo de personas pertenecientes al grupo de tareas de Automotores Orletti, que actuaban en coordinación con el grupo de oficiales uruguayos a cargo de José Nino Gavazzo. También, que, al igual que ocurrió con el resto de sus compañeros, los tres fueron conducidos a Orletti.

Allí permanecieron cautivos y sometidos a las mismas condiciones inhumanas de vida que todas las personas que fueron alojadas en ese lugar. Así, de acuerdo a la práctica sistemática que fue implementada en ese lugar, y al igual que ocurrió con la mayoría de las personas secuestradas allí, podemos afirmar que también fueron sometidos a interrogatorios bajo tormentos.

Cuando se hicieron las nueve de la noche, y tal como había convenido con su compañero, Olga Martínez Beauxis abandonó la pensión en la que vivían. Se comunicó con el padre de Lezama González, y, luego de dormir algunos días en la casa de algunos amigos y en distintos hoteles alojamiento, solicitó asistencia al ACNUR y se exilió en Suiza.

A los pocos días del secuestro de su hijo, Rafael Ignacio Lezama Mulet se trasladó a Buenos Aires para buscarlo. Interpuso una acción de habeas corpus en la que el Estado argentino negó tener conocimiento sobre el paradero de su hijo. A ese primer habeas corpus, le siguieron otros tres que fueron interpuestos a lo largo de los años y que arrojaron idéntico resultado. Se realizaron, asimismo, numerosas gestiones ante diversos organismos nacionales e internacionales, a pesar de las cuales ni el Estado argentino ni el uruguayo dieron información respecto del paradero de Lezama González.

El 3 de octubre de 1976, la familia de Moreno Malugani en Uruguay recibió un llamado telefónico desde Buenos Aires alertándolos de la desaparición de Miguel Ángel. Inmediatamente, su madre, Violeta Malugani, se trasladó a Buenos Aires para buscarlo. Así, el 6 de octubre de 1976 interpuso también una acción de habeas corpus en favor de su hijo, en el marco de la cual el Estado argentino negó conocer su paradero. A lo largo de los años su madre interpondría otros tres habeas corpus con idéntico resultado y realizaría innumerables gestiones para intentar encontrar el paradero de su hijo, siempre con resultado negativo.

También familiares y amigos hicieron, a lo largo de los años, numerosas gestiones para intentar encontrar a Carretero Cárdenas. Se interpusieron dos acciones de habeas corpus en su favor, con igual resultado que en los otros dos casos. Se realizaron, asimismo, denuncias en diversos organismos, tanto en nuestro país como en el Uruguay, y ni el Estado argentino ni el uruguayo, han dado una respuesta al respecto.

De esta manera tanto el Estado argentino como el uruguayo ocultaron lo sucedido a Casimira María del Rosario Carretero Cárdenas, Rafael Lezama González y Miguel Ángel Moreno Malugani, quienes, al día de la fecha, permanecen desaparecidos.

 Las particulares características de los hechos descriptos, así como las especiales circunstancias en que ocurrieron, detalladas con anterioridad, permiten tener por probado que el secuestro, las torturas y la desaparición de Rafael Lezama González, Miguel Ángel Moreno Malugani y Casimira María del Rosario Carretero Cárdenas formaron parte del plan ejecutado por la asociación ilícita que hemos llamado “Operación Cóndor”.

 

Prueba

Los elementos de prueba producidos durante el debate, valorados a continuación de manera conjunta, acreditan que los hechos ocurrieron tal como fueron descriptos anteriormente.

En primer lugar, de la participación política de Rafael Lezama González en Uruguay y la persecución de la que era objeto por parte de las fuerzas represiva uruguayas, dio cuenta su madre, Alba González Souza. En efecto, durante su declaración en la audiencia habló del compromiso político de su hijo, de su participación en el FER, de su detención en 1971 y de las marcas de golpes que tenía cuando fue liberado. También dio cuenta del exilio de Lezama González en Chile, y nos contó de su reencuentro con él en Santiago, cuando ella misma tuvo que exiliarse en razón de su participación en el MLN.

Esta información es confirmada por la Ficha Patronímica de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia uruguaya, incorporada por lectura al debate. Allí se encuentran registradas, por ejemplo, sus detenciones en julio de 1971 y enero de 1972, esta última por haber realizado una pegatina no autorizada. Documento 1.

Respecto de la participación política de Moreno Malugani en el Uruguay, contamos con el testimonio de Alberto Pérez Iriarte quien contó la amistad que entabló con la víctima en la Escuela Nacional de Bellas Artes y la participación política que ambos tuvieron en el FER. También fue Pérez Iriarte quien dio cuenta del exilio de Lezama González y Moreno Malugani en Chile. Nos habló, asimismo, de su traslado con Malugani a la Argentina en agosto de 1972. Recordó que se encontraron con Lezama González en octubre de ese año y partieron los tres juntos a Chile. Describió cómo en Santiago de Chile entablaron relación con miembros del MAPU y la participación que los tres tuvieron en la resistencia al golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende. Nos habló también sobre el último contacto personal que tuvo con Moreno Malugani cuando el testigo se encontraba asilado en la embajada Argentina en Chile, antes de exiliarse en Cuba.

Por otra parte, respecto del seguimiento que hacían las fuerzas represivas uruguayas de las actividades de Moreno Malugani dan cuenta tanto la Ficha Patronímica confeccionada por la Dirección Nacional de Información e Inteligencia de ese país, agregada a su Legajo COMIPAZ, como la “Investigación Histórica sobre detenidos desaparecidos”[1], en donde se encuentra transcripta la ficha confeccionada por el Servicio de Información de Defensa. Allí, por ejemplo, se asentó que Moreno Malugani figura en una lista de ciudadanos que solicitaron el pasaporte uruguayo en el consulado de Santiago de Chile. Documento 2 y Documento 3.

La participación política de Carretero Cárdenas en Uruguay, la persecución que sufrió en ese país en razón de esa participación y su exilio en Chile se desprenden, en primer lugar, de la declaración prestada en la audiencia por su hermano, José Luís Carretero Puglia. Él nos contó la vinculación de Carretero Cárdenas con el Frente Estudiantil Revolucionario, las detenciones que padeció por parte de las fuerzas represivas uruguayas y su traslado a Chile entre 1972 y 1973, escapando de esa persecución. Dijo que fue desde Chile que su familia tuvo contacto con ella por última vez, a través de una carta.

Asimismo, su Ficha Patronímica confeccionada por la Dirección Nacional de Información e Inteligencia del ejército uruguayo agregada a su Legajo COMIPAZ remitido por la República Oriental del Uruguay, también da cuenta de la persecución de la que era objeto por parte de las fuerzas represivas de ese país. En ese documento, por ejemplo, se encuentran registradas sus dos detenciones en el Uruguay.

De la presencia en Buenos Aires de Lezama González y Moreno Malugani, contamos con las fichas remitidas desde la Dirección Nacional de Migraciones, de las cuales surge, por un lado, que Lezama González entró al país en octubre de 1973 y estaba haciendo sus trámites de radicación y, por otro lado, que a Moreno Malugani se le concedió la radicación definitiva en nuestro país el 29 de agosto de 1974. Documento 4 y Documento 5.

En concordancia con ello, y en relación también con la pertenencia de ambos al PVP dio cuenta Olga Martínez Beauxis, quien en su declaración en la audiencia, nos explicó que conoció a Lezama González en Buenos Aires en marzo de 1974 a través de Moreno Malugani. También nos dijo que Lezama González y Moreno Malugani formaban parte de la misma estructura del PVP y que su responsable político era Carlos Göessens.

Al respecto contamos también con los dichos de José Alberto Imaz Breijo, quien explicó que, dentro del PVP, el sector a cargo de Mechoso Méndez tenía dos equipos de trabajo, uno a cargo de Göessens y otro a cargo de Julien, dentro del cual estaba Lezama. Esto confirma que Lezama integraba el sector a cargo de Mechoso Méndez, uno de cuyos referentes era Göessens, el único que, como ya hemos visto, no había sido secuestrado al 1° de octubre.

El traslado a Buenos Aires de Carretero Cárdenas y su integración al PVP se encuentran acreditados, en primer lugar, con los dichos de Carretero Puglia, ya citados.

Al respecto, el testigo sostuvo que supo a través de Luz Ibarburú, madre de Juan Pablo Recagno, que luego del golpe de estado en Chile, su hermana se había trasladado a Buenos Aires, donde había pasado a formar parte del PVP y en donde también había entablado una relación de pareja con Juan Pablo. También nos contó que tuvo conocimiento que dentro de esa organización su hermana tenía vinculación con Miguel Ángel Moreno Malugani.

De su presencia en Buenos Aires también dio cuenta en su testimonio en la audiencia María de los Ángeles Michelena, quien dijo que conocía a Carretero Cárdenas del movimiento estudiantil en Uruguay y que alguna vez se encontró con ella en Buenos Aires.

En este sentido, debemos destacar que el vínculo de Carretero Cárdenas con Juan Pablo Recagno también se encuentra registrado en su ya citada Ficha Patronímica.

Respecto de las circunstancias en las que Carretero Cárdenas, Lezama González y Moreno Malugani fueron secuestrados se explayó Martínez Beauxis. La testigo nos contó que Lezama González y Moreno Malugani tenían una cita prevista con Carlos Göessens el primero de octubre de 1976. En cuanto al lugar en el que iba a celebrarse la cita, Martínez Beauxis dijo que creía recordar que era por la zona de Ramos Mejía, la Matanza o Mataderos. Nos dijo que ella desconfiaba de ese encuentro porque se había pactado a raíz de un llamado telefónico luego de que Göessens se ausentara por unos días, a partir del 26 de septiembre.

También describió cómo se despidió de Lezama González ese 1° de octubre alrededor de las seis de la tarde en la esquina de Avenida Mayo y Tacuarí, las indicaciones que él le dio en caso de que no volviera y cómo fueron los días inmediatos posteriores a su desaparición hasta su exilio en Suiza. Agregó, asimismo, que al día siguiente de la desaparición de Lezama González, supo que Moreno Malugani también había desaparecido. En este sentido, explicó que el 2 de octubre habló con un amigo en común, le preguntó si sabía algo de Moreno Malugani y éste le dijo que no había asistido al almuerzo que habían organizado para ese día.

En relación con lo anterior, contamos también con las presentaciones formuladas por Violeta Malugani en los cuatro habeas corpus presentados sucesivamente en los años 1976, 1977, 1978 y 1979, y que personalmente ratificó, en las que sostuvo que su hijo fue secuestrado en la Ciudad de Buenos Aires el 1° de octubre de 1976. En una de esas exposiciones, Violeta Malugani sostuvo que obtuvo esa información a partir de un llamado anónimo que atendió su hermana el día 3 de octubre de 1976.

En cuanto al secuestro de Carretero Cárdenas en esas mismas circunstancias, si bien no contamos con una referencia directa sobre su encuentro con Carlos Göessens el 1° de octubre de 1976, entendemos que surge de una serie de indicios coincidentes. Por un lado, de los relatos de Luz Ibarburu realizados en el marco de los dos habeas corpus presentados para dar con el paradero de su hijo y de Carretero Cárdenas, se desprende que ambos desaparecieron de su domicilio en la Ciudad de Buenos Aires el 1° de octubre de 1976. Coincidentemente, Carretero Puglia nos dijo que se enteró que el secuestro de su hermana ocurrió el 1° de octubre de 1976 y que estuvo vinculado con el secuestro de Moreno Malugani, ocurrido ese mismo día. Concordantemente, Rubén Prieto Benencio, señaló que Carretero Cárdenas formaba parte del sector que se encontraba a cargo de Alberto Mechoso, al igual que Carlos Göessens.

Además también deben tenerse en cuenta los antecedentes en común que tenía Carretero Cárdenas con Lezama González y Malugani. En efecto, ella, al igual que aquellos, en Uruguay había pertenecido al FER y al igual que ellos se había refugiado en Chile, escapando de la persecución que sufría en su país. Todas estas circunstancias permiten concluir que, dentro del PVP, formaba parte del mismo grupo que Lezama González y Moreno Malugani y que, al igual que ellos, ese 1° de octubre tenía una reunión con Carlos Goessens de la que nunca regresó.

En cuanto a la participación en el secuestro de Lezama González, Moreno Malugani y Carretero Cárdenas del grupo a cargo de Aníbal Gordon y de los oficiales uruguayos que actuaban junto con ellos, así como su traslado y cautiverio en Orletti, se encuentra probado, por un lado, por el contexto en que este hecho sucedió.

Como ya hemos dicho, estos hechos se enmarcan en una sucesión de secuestros de integrantes del PVP radicados en Buenos Aires que se inicia el 25 de septiembre de 1976. Pero además, se encuentra especialmente vinculado con el secuestro de Carlos Alfredo Rodríguez Mercader, quien, además de pertenecer a la misma organización, también fue secuestrado ese 1° de octubre al concurrir a una cita con Carlos Göessens.

Se ha probado a través de los dichos de José Alberto Imaz Breijo, además, que tanto Lezama González como Rodríguez Mercader formaban parte, dentro de la estructura del PVP, del grupo a cargo de Roger Julien.

También debemos considerar en este sentido, el testimonio del testigo experto Álvaro Rico quien ubicó los secuestros de Lezama González, Moreno Malugani y Carretero Cárdenas en el marco de la última oleada represiva desatada contra miembros del PVP aquí en Buenos Aires y los vinculó especialmente con los secuestros de Arnone Hernández, Rodríguez Mercader, Chegenián, Silvera de Chegenián, Juan Pablo Recagno y Álvaro Nores, ocurridos todos entre el 1 y el 2 de octubre de 1976.

Respecto de la participación del grupo de agentes uruguayos a cargo de Gavazzo también debe tomarse en consideración el testimonio de Asunción González Souza, tía de Lezama González. La testigo nos contó que, ante el exilio de la madre, ella asumió la responsabilidad de llevar adelante las gestiones para intentar dar con el paradero de su sobrino. Puntualmente, y a partir de los pocos y fragmentarios recuerdos que su avanzada edad le permitía evocar, nos contó que, en un intento desesperado por encontrar a su sobrino, en 1978 o 1979, fue a ver a Manuel Cordero, cuando, en sus palabras, este “era presidente de la comisión mixta de salto grande”. Nos dijo que luego de explicarle a Cordero lo sucedido con su sobrino y mostrarle una foto, le llamó la atención su reacción y dijo que además de que mostrarse familiarizado con el asunto, le hizo un gesto con la mano hacia el espacio, dando a entender que ya no se encontraba con vida.

Al respecto, y más allá de las imprecisiones respecto de las fechas y del organismo en que se desempeñaba -entendibles en razón del tiempo transcurrido y la avanzada edad de la testigo-, debe señalarse que hay constancias en el legajo personal del ejército de Cordero Piacentini, incorporado por lectura al debate, que confirman lo señalado por ella. Documento 6.

Por un lado, de allí surge que en julio de 1980 Cordero Piacentini, participó como delegado alterno del Estado Mayor del Ejército Uruguayo en las reuniones de trabajo que se realizaban con delegados de la Comisión Técnica Mixta e Instituto de Teoría y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura, relativos al Convenio Comisión Técnica Mixta – Banco Interamericano de Desarrollo. Por otro lado, de ese legajo surge que entre 1981 y 1982 Cordero Piacentini fue Delegado Alterno del Ministerio de Defensa Nacional ante la Comisión Especial con el cometido de inventariar y ordenar la información para la planificación de los recursos de la zona Tacuarembó-Rivera. Cualquiera de los dos destinos, y las fechas en las que Cordero cumplió funciones allí, son lo suficientemente similares con el relato de la testigo como para dotarlo de verosimilitud.

Asimismo, de las gestiones realizadas infructuosamente por familiares y amigos de Rafael Lezama González, Miguel Ángel Moreno Malugani y Casimira María del Rosario Carretero Cárdenas, para intentar encontrarlos y el modo en que se ocultó lo sucedido con ellos, dan cuenta las declaraciones de Olga Martínez Beauxis, Alba y Asunción González Souza, los habeas corpus presentados por los familiares y que fueron incorporados, así como los tres expedientes en los que se investigó la privación ilegítima de la libertad de Moreno Malugani y aquél en el que se investigó la privación ilegal de la libertad de Lezama González.

Por otra parte, también contamos con los expedientes en los que se declararon sus ausencias por desaparición forzada y los documentos agregados a sus legajos CONADEP y COMIPAZ.

También debemos destacar numerosos documentos pertenecientes al conjunto de archivos desclasificados de las agencias gubernamentales de los Estados Unidos de Norteamérica, enviados por la Dirección del Proyecto de Documentación del Cono Sur del National Security Archive[2]Documento 7, Documento 8, Documento 9, Documento 10 y Documento 11.

Cabe destacar los siguientes: Una lista de ciudadanos uruguayos desaparecidos en Argentina, confeccionada por un organismo de Derechos Humanos del 1 de agosto de 1978, perteneciente a los archivos del Departamento de Estado en donde figuran Lezama González, Moreno Malugani y Carretero Cárdenas; una carta del 20 de septiembre de 1979 dirigida al director de HABEAS, organización no gubernamental, que contiene una nómina de ciudadanos uruguayos desaparecidos entre quienes se encuentran Lezama González, Moreno Malugani y Carretero Cárdenas; dos informes de la embajada estadounidense en Argentina que dan cuenta de la presentación de un conjunto de casos de personas desaparecidas al Grupo de Trabajo de la Oficina Exterior sobre Derechos Humanos del 14 de septiembre de 1978, y de la respuesta de ese organismo, que informa sobre la respuesta del Gobierno Argentino, según la cual no hay registro de la detención de esas personas. Uno de los casos mencionados es el de Lezama González.

Contamos también con la documentación remitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, vinculada con los trámites realizados a raíz de las denuncias formuladas ante ese organismo por las desapariciones de Miguel Ángel Moreno Malugani y Casimira María del Rosario Carretero Cárdenas. Entre el material recibido se destaca la respuesta de la Misión Permanente de la República Argentina ante la OEA que niega tener conocimiento de la detención de Carretero Cárdenas. Documento 12.

Finalmente, también debe tomarse en consideración que en dos causas judiciales que tramitaron en la República Oriental del Uruguay, y que fueron incorporadas al debate[3], se dio por probado que Rafael Laudelino Lezama González, Miguel Ángel Moreno Malugani fueron secuestrados el 1 de octubre de 1976. Allí se dio por probado, además, que Moreno Malugani y Carretero Cárdenas fueron secuestrados en el mismo operativo y que, Lezama González, antes de salir de su casa el día del secuestro había expresado a su esposa que se iba a entrevistar con Carlos Göessens. Por estos hechos, fueron condenados, entre otros, los militares uruguayos José Nino Gavazzo, José Ricardo Arab y Jorge Alberto Silveira Quesada, todos ellos miembros del grupo de agentes uruguayos a cargo del primero.

Si bien los decesos de Harguindeguy, Videla y Olivera Róvere nos impiden formular acusación contra alguno de los responsables de los crímenes padecidos por Lezama González, Moreno Malugani y Carretero Cárdenas, la comprobación de estos hechos son pruebas útiles tanto de los otros delitos que también afectaron a integrantes de organizaciones políticas uruguayas, como de la concreción de la coordinación regional que existió entre las dictaduras del Cono Sur bajo el marco informativo, logístico y operativo del denominado Plan Cóndor.

 

[1] Presidencia de la República Oriental del Uruguay. Investigación Histórica Sobre Detenidos Desaparecidos. En Complimiento Del Artículo 4° de la Ley 15.848. Montevideo, Presidencia de la República y Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales, 2007.

[2] Se trata de los documentos identificados con los números: 0000AA73, 0000A8A2, 0000A939, 0000AA49, 0000A95C, 0000A964, 0000A7C2, B041 y 0000A8D5.

[3] Causa "Gavazzo Pereira, José Nino. Arab Fernández, José Ricardo- Un delito de Privación de libertad” - Ficha 98-247/2006, Sentencia n° 036 del 26 de marzo de 2009 y "Silveira Quesada, Jorge Alberto y otros. Un delito de Privación de Libertad " Ficha 2-43332/2005, Sentencia n°037 del 26 de marzo de 2009, ambas del Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal 19° Turno, Montevideo, Uruguay.