Víctimas de Uruguay

Ana Inés Quadros Herrera y Eduardo Dean Bermúdez

Descripción del caso

En Uruguay, su país de origen, Ana Inés Quadros Herrera y Eduardo Dean Bermúdez participaron políticamente en diversas agrupaciones políticas.

En 1974 Quadros viajó por un fin de semana a Buenos Aires, y decidió quedarse, porque se enteró de que había sido requerida públicamente por las fuerzas conjuntas de su país. En Argentina se vinculó con otros exiliados uruguayos con los que compartía sus ideas políticas.

Por su parte, Dean Bermúdez se instaló en Buenos Aires en 1975, y al igual que Quadros, se integró al PVP.

Se pudo acreditar en el debate que el 13 de julio de 1976 a las 22:00 hs., fueron secuestrados en una confitería ubicada en la calle Carlos Calvo y Boedo de esta ciudad, por un grupo de 6 u 8 personas de nacionalidad argentina fuertemente armadas, que sin dar ningún tipo de explicación, los sacaron a empujones del lugar. Deán Bermúdez quiso escapar, pero rápidamente fue reprimido a golpes. Afuera los esperaba un automóvil en donde había otros prisioneros. Desde allí, todos fueron conducidos a “Automotores Orletti”.

La confitería donde comenzaron sus privaciones ilegítimas de la libertad estaba en territorio que era controlado entonces por Jorge Alberto Muzzio, en su carácter de jefe del Área n°5 de la Subzona Capital Federal.

Dentro Orletti, Quadros y Deán Bermúdez permanecieron alojados en las miserables condiciones a las que ya nos referimos. Asimismo, fueron despojados de sus elementos de valor.

De manera similar a lo que ocurrió con el resto de sus compañeros, fueron sometidos a terribles sesiones de tortura. A Deán Bermúdez, en reiteradas oportunidades lo llevaron a la planta superior del inmueble, lo desnudaron, lo colgaron de una polea y le aplicaron descargas eléctricas. Quadros padeció las mismas torturas, y también le aplicaron el método denominado “submarino”, y la tiraron por las escaleras. Además, uno de sus captores, el acusado Manuel Cordero, abusó sexualmente de ella, aprovechando el estado de indefensión y de debilidad en el que se encontraba como consecuencia de las torturas que había recibido. Los interrogatorios se refirieron siempre a su participación en el PVP, y en ellos intervinieron conjuntamente miembros de las fuerzas represivas argentinas y uruguayas.

Cabe mencionar, que además de los abusos físicos a los que fueron sometidos y a las condiciones inhumanas de reclusión, dentro de “Automotores Orletti” también debieron padecer todo tipo de torturas psicológicas, como el ser obligados a presenciar el asesinato de Carlos Santucho, y escuchar permanentemente los gritos de quienes eran torturados, además de las amenazas constantes que recibían.

Luego del secuestro de Deán y Quadros, sus familiares realizaron gestiones para averiguar su paradero los cuales, como ocurrió en la mayoría de los casos, resultaron infructuosos, lo que da cuenta de la complicidad de las distintas agencias estatales, así como de la ilegalidad de la detención.

Finalmente, el 24 de julio de 1976, Ana Inés Quadros y Eduardo Dean Bermúdez fueron repatriados forzadamente a través del llamado “primer vuelo” de la Fuerza Aérea de Uruguay. Una vez allí permanecieron detenidos en el CCD de Punta Gorda en Montevideo y en la sede del SID de esa misma ciudad.

Su situación fue posteriormente regularizada por medio del operativo simulado que al efecto fue montado por sus captores, y es así que fueron fraudulentamente juzgados y condenados por la justicia militar. Deán Bermúdez debió cumplir una condena de dos años y Quadros una de cinco, luego de lo cual recuperaron la libertad y denunciaron lo que les había ocurrido.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar que, tal como quedó demostrado, estos hechos también formaron parte del plan delictivo llevado adelante por la asociación ilícita “Cóndor”, y en este sentido constituyen prueba de su operatividad.

 

Prueba

En cuanto a la prueba de estos hechos, contamos principalmente con los testimonios de las víctimas que fueron incorporados al debate. Ambos dieron cuenta de su participación política en Uruguay y relataron la persecución que sufrieron por parte de las fuerzas represivas de su país, lo que los llevó a instalarse en Buenos Aires por seguridad.

Quadros recordó que en la Argentina se contactó con distintos residentes uruguayos que decidieron organizarse y conformar el Partido por la Victoria del Pueblo, como resistencia al gobierno de facto uruguayo. A la misma organización dijo haber pertenecido Eduardo Deán Bermúdez, lo que fue corroborado con la declaración testimonial de Ariel Soto.

El interés que tenía el Estado uruguayo en la captura de Quadros y la de muchos de sus compañeros, surge de la nómina de requeridos uruguayos para junio del año 1976, aportada por Sergio López Burgos al momento de prestar declaración en el debate de la causa n°1627, y en la que surge, entre otros, el nombre de Ana Inés Quadros. Documento 1.

Respecto de las circunstancias de modo, tiempo y lugar en el que ocurrió el secuestro, las víctimas fueron coincidentes al relatar en detalle cómo se desarrolló el procedimiento y el traslado hasta “Automotores Orletti”.

A su vez, se incorporó la declaración de la entonces esposa de Deán Bermúdez, Adriana Gladys Cabrera Esteve, quien presenció parcialmente el hecho, ya que estaba esperando a su marido afuera de la confitería junto con su hijo de 3 años.

Concretamente, recordó haber visto que en el lugar había un convoy con combis, automóviles Ford Falcón, y que había hombres armados.

Sus dichos fueron concordantes con el testimonio de Ernesto Salvo Sánchez, quien explicó además que luego de este hecho, Adriana Cabrera y él decidieron irse del país por seguridad.

Sobre la permanencia de Ana Quadros y Eduardo Deán en “Automotores Orletti”, escuchamos a las propias víctimas que dieron detalles del CCD y describieron las salvajes sesiones de torturas a las que fueron sometidos y las condiciones inhumanas en las que permanecieron cautivos.

A su vez, ambos coincidieron en que, si bien en el secuestro participaron solo personas de nacionalidad argentina, adentro del CCD los que los interrogaron eran uruguayos que actuaban en conjunto con los argentinos.

Quadros recordó que fue despojada de todos sus objetos de valor apenas llegó y que en el lugar estaba estacionada una camioneta suya, que había sido apropiada por sus captores. Refirió textualmente que “Orletti” era un infierno y contó acerca del episodio en el que, luego de una brutal sesión de torturas, ella quedó desvanecida y Manuel Cordero abusó sexualmente de ella sobre una mesa. Dijo que eso le provocó un dolor tan grande, que tardó veinte años en poder testimoniarlo. Sus dichos, a su vez, fueron corroborados por Sergio López Burgos quien presenció el momento del abuso y también por Rubén Prieto Benencio, quien se enteró con posterioridad lo ocurrido a su compañera. Este hecho es particularmente ilustrativo de la disposición absoluta que sobre los cautivos tenían los perpetradores dentro del centro clandestino.

Quadros recordó también que en un momento, para torturarla psicológicamente, uno de los represores le dijo que su hija también estaba en el lugar y que sería torturada. Eso le generó una crisis nerviosa; y se puso tan mal que la llevaron arriba a la habitación donde estaban Soliño Platero y Gayoso y la pusieron al cuidado de ellas. En sus declaraciones, ambas corroboraron los dichos de Quadros en este sentido.

Por su parte, Deán Bermúdez relató que debido a la mala alimentación que recibían, durante su cautiverio bajó diez kilos. Sobre esto también declaró Sergio López Burgos, y Gladys Esteve Briano, suegra de Deán Bermúdez, quien recordó que a su yerno le quedaron huellas físicas de los tormentos que recibió en su paso por Orletti. Al respecto, Raúl Altuna Facal, afirmó que a Eduardo Deán casi lo matan con la picana eléctrica; y que luego de las torturas “quedó hecho una piltrafa”.

También dieron cuenta de la presencia de ambas víctimas en “Automotores Orletti”: Alicia Raquel Cadenas Ravela, Edelweiss Zahn, José Félix Díaz, Laura Anzalone Cantoni, María Elba Rama Molla, Ariel Rogelio Soto Loureiro, Ana María Salvo Sánchez, Gastón Zina Figueredo, Víctor Hugo Lubián Peláez, y Jorge Raúl González Cardozo.

Y al cautiverio de Quadros también se refirieron en sus declaraciones María Margarita Michelini, Marta Petrides, Enrique Rodríguez Larreta Martínez y Raquel Nogueira.

Por otra parte, resulta relevante el croquis del CCD realizado por Quadros que obra en su legajo CONADEP n° 3.891, y las actas de las dos inspecciones oculares llevadas cabo en el inmueble sito en la calle Venancio Flores 3519/21 de esta ciudad, en las que participó la víctima. Documento 2.

A su vez, dentro de la documentación remitida por el NSA, se encuentra un documento fechado el 16 de septiembre de 1978, que contiene un informe al Secretario de Estado de los EE.UU. enviado por su embajador en Montevideo, donde describe el caso de Ana Inés Quadros. Allí explica que fue secuestrada en julio de 1976 en Buenos Aires por fuerzas argentinas y uruguayas, quienes la capturaron junto a 20 personas. Finalmente agrega que todos ellos fueron maltratados en un garaje local en Buenos Aires y que luego fueron remitidos a Uruguay. Documento 3.

En relación con las gestiones realizadas por las familias luego de la desaparición de Deán y Quadros, fue incorporado al debate el Habeas corpus presentado en favor de Nelson Eduardo Dean Bermúdez, la documentación del NSA que da cuenta de las denuncias realizadas por la familia Quadros ante organismos internacionales, y legajo de la Comisión Provincial por la Memoria en relación a Ana Quadros, de donde se desprende el resultado negativo de las averiguaciones efectuadas.

Sobre el traslado clandestino desde Buenos Aires a Montevideo, además de los dichos de las propias víctimas, escuchamos los testimonios de Enrique Rodríguez Larreta Martínez, Raquel Nogueira Paullier, Raúl Altuna Facal y Laura Anzalone. Ello encuentra sustento, además, en la declaración de Julio Cesar Barboza Pla, quien dijo que Deán Bermúdez y Ana Quadros fueron parte del contingente de detenidos que llegaron a Punta Gorda, luego de haber sido secuestrados en Argentina, alojados en Orletti y trasladados hacia Uruguay.

En cuanto al episodio en Chalet Susy, Quadros explicó que los hicieron pasar como integrantes de un supuesto grupo armado que pretendía invadir Uruguay. También se explayó sobre su procesamiento y el cumplimiento de la condena que le fue impuesta. Además recordó que en 1984, mientras cumplía un régimen de libertad vigilada, viajó a la Argentina para declarar en la causa Rodríguez Larreta, lo que provocó que su regreso fuera nuevamente detenida.

Acreditan también los hechos que hemos descripto, el informe de la “Comisión Investigadora sobre situaciones de Personas Desaparecidas y Hechos que la Motivaron” de Uruguay y el Legajo CONADEP n° 7412 y WR19 correspondientes a Nelson Eduardo Dean Bermúdez.

A su vez, en relación con Eduardo Deán Bermúdez, debe tenerse en cuenta que en oportunidad de dictarse la sentencia en la causa nro. 13/84, se tuvo por probada su privación ilegítima de la libertad el 13 de julio de 1976 y su trasladado a “Automotores Orletti” donde se lo sometió a mecanismos de tortura y se le impusieron condiciones inhumanas de vida y alojamiento.

En este sentido también debemos resaltar que los hechos de los cuales fueron víctimas Ana Inés Quadros Herrera y Eduardo Deán Bermúdez, tal como los hemos relatado, se tuvieron por probados por este mismo Tribunal en la sentencia dictada en la causa n°1627, en la que fueron condenados Raúl Antonio Guglielminetti, Honorio Martínez Ruíz y Eduardo Alfredo Ruffo, sentencia a la fecha firme.

En esta oportunidad, por la privación ilegítima de la libertad y las torturas a las que fueron sometidos Quadros Herrera y Deán Bermúdez, formulamos acusación contra Miguel Ángel Furci.