Víctimas de Uruguay

María del Pilar Nores Montedónico

    Descripción del caso

    María del Pilar Nores Montedónico es de nacionalidad uruguaya y tenía 26 años al momento de los hechos.

    Desde 1971 había participado políticamente en la FAU, razón por la cual desde el golpe de Estado en Uruguay fue objeto de persecución por parte de las fuerzas represivas locales.

    El 24 de marzo de 1973 allanaron su casa en Uruguay y se llevaron detenidos a su hermano Álvaro y a otras cuatro personas, todos miembros de la misma organización que ella. Al momento del operativo ella no se encontraba en su casa, pero como medida de seguridad se trasladó hacia Argentina, llegando los últimos días de marzo de 1973. En nuestro país, se radicó en la Capital Federal e integró el PVP desde su constitución en el año 1975.

    Dentro de la organización, formó parte del equipo de información y en el año 76 también integró el frente de masas. Además, se desempeñó como secretaria del dirigente Gerardo Gatti.

    Al igual que todos los miembros del PVP, aún en Buenos Aires, María del Pilar Nores fue perseguida por las fuerzas represivas argentinas, que seguían sus pasos por la calle y, como mencionamos al referirnos a Gerardo Gatti, la vigilaban a través de la correspondencia epistolar que recibía.    

    Tal como mencionamos anteriormente, el 9 de junio de 1976 a la madrugada, en el departamento ubicado de la calle Manzanares 2131, piso 4, del barrio de Núñez de la Capital Federal, fue secuestrado Gerardo Gatti. Allí llegó horas más tarde María del Pilar Nores y encontró todo en completo desorden.      Rápidamente atinó a irse del lugar, cuando dos hombres vestidos de civil de nacionalidad argentina que iban armados, se lo impidieron. La amenazaron con un arma y la obligaron a ingresar nuevamente al departamento.

    Desde ese lugar, fue conducida hacia lo que ella identificó como el edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal, ubicado en la calle Moreno 1417 de esta ciudad, donde permaneció alrededor de tres días. Allí fue interrogada por agentes argentinos y por el militar uruguayo Manuel Cordero Piacentini. La sometieron a duras sesiones de tortura que consistieron en golpes con palos, patadas y picana eléctrica que le aplicaron sobre todo el cuerpo, mientras estaba desnuda y atada de pies y manos. Es así que fue obligada a dar información sobre el partido y sus integrantes.

    Una vez que tuvieron en claro quiénes eran ella y Gatti, la trasladaron a “Automotores Orletti”, donde estuvo clandestinamente detenida en condiciones inhumanas por casi 40 días, lugar en el que, como ya explicamos, actuaban coordinadamente argentinos y uruguayos.

    Allí continuaron las amenazas y los requerimientos de información, que ella se vio forzada a brindar.

    Mientras se encontraba en esa situación, el 7 de julio de 1976 su madre presentó un habeas corpus en la justicia argentina en el que denunciaba su desaparición. Ese Habeas corpus fue rechazado 13 días después a partir de las respuestas negativas de la Policía Federal, el Ministerio del Interior y el Comando General del Ejército, todos los cuales, como sabemos, estaban al tanto de su situación.

    Se acreditó en el debate que el mismo 20 de julio de 1976 en que se rechazó la acción de habeas corpus, María del Pilar Nores, a través del accionar coordinado de las fuerzas argentino/uruguayas, fue trasladada clandestinamente desde Buenos Aires a Carrasco en un vuelo comercial de la línea aérea uruguaya “Pluna”, junto a los miembros del ejército uruguayo Gilberto Vázquez y Luis Maurente.

    En Uruguay, permaneció prisionera en distintos centros de detención donde vio a varios de sus compañeros que también habían permanecido cautivos en “Orletti” y, al igual que ella, habían sido trasladados clandestinamente desde Argentina. Entre ellos, su propio hermano Álvaro, quien, como veremos, fue secuestrado el 2 de octubre de ese año también en Buenos Aires.

    Finalmente, el 22 de diciembre de 1976 María del Pilar Nores Montedónico recuperó su libertad.

     

    Prueba

    Los hechos descriptos se encuentran acreditados, en primer lugar, por los dichos de la propia víctima en el debate y por su declaración en el juicio de la causa N°1627, que fue incorporada.            En esas oportunidades se expidió acerca de su participación política en Uruguay y la persecución que sufrieron ella y sus compañeros, lo que la llevó a emigrar a Argentina en el año 73.

    En relación con ello, un documento remitido por el NSA, que lleva el sello de la Agregaduría Militar de la Embajada de Uruguay en Paraguay, contiene fotografías de personas requeridas por la Policía de Montevideo a las que denomina como sediciosos requeridos”. Entre las personas listadas se halla María del Pilar Nores Montedónico. Documento 1.

    Asimismo, María del Pilar relató cómo, ya en Buenos Aires, se encontró con compañeros uruguayos que también se habían exiliado en esta ciudad.

    Nos dio detalles del Congreso fundacional del PVP, del que participó en 1975.

    Además, nos habló del trabajo que desarrolló junto a Gerardo Gatti y de las demás actividades que realizó para el partido, lo que coincide con los testimonios de otros integrantes del PVP como Rubén Prieto Benencio; y de la esposa de Gerardo Gatti, Marta Casal del Rey.

    Nores también mencionó, que mientras estuvo detenida, se enteró por sus captores de que en una oportunidad en que fue al correo a hacer un reclamo, las fuerzas represivas idearon un plan para que pudieran verla quienes serían luego los encargados de seguirla. Recordó que antes de ser secuestrados, ella y Gatti recibieron cartas en su casilla postal, que estaban abiertas y, en algunos casos, con señales de haber sido descubiertos los mensajes ocultos.

    También dijo que la mañana del 9 de junio salió de su casa sin haber recibido un llamado de Gerardo Gatti que estaba previsto, y que además olvidó ver antes de entrar si estaba la señal de seguridad en la puerta del departamento de la calle Manzanares.

    Asimismo, nos contó acerca de las circunstancias de modo, tiempo y lugar de su secuestro, dando cuenta que quienes la secuestraron eran dos agentes argentinos.

    A su vez, dio detalles de las torturas que padeció los tres días estuvo en la dependencia de la Policía Federal, a lo que también hizo referencia la testigo Marta Casal del Rey el día de su declaración. Entre las personas que la interrogaron en esa dependencia recordó a un agente argentino al que apodaban “Zapato” quien, como todos sabemos y fue acreditado en la sentencia del juicio de Automotores Orletti, no es otro que el agente de la SIDE Alfredo Ruffo. También señaló como uno de sus interrogadores a Manuel Cordero. Tanto a Ruffo como a Cordero volvió a verlos luego en reiteradas oportunidades en Orletti.

    Nores también dijo que cuando llegó al CCD, la subieron hacia una planta alta por una escalera y la colocaron en un recinto cerrado en donde se encontraban otros cautivos y donde se escuchaban gritos provenientes de personas que eran torturadas.

    También nos habló de los traslados hacia un departamento donde era obligada a decodificar documentación del PVP que estaba allí, y del día que la llevaron ante un escribano para obligarla a firmar la venta de un departamento que había sido adquirido por el partido.       

    Esto se ve corroborado por el testimonio de María del Carmen Martínez Addiego, quien en su declaración incorporada dijo que mientras estuvo cautiva en la planta alta de “Orletti”, vio que por las mañanas retiraban del lugar a María del Pilar Nores.

    Dieron cuenta del cautiverio de María del Pilar Nores Montedónico en “Automotores Orletti” y de las condiciones inhumanas de detención que sufrieron todos los que estuvieron allí los testigos: Raúl Luis Altuna Facal, María del Carmen Martínez Addiego, Laura Anzalone, María Mónica Soliño Platero, María Elba Rama Molla, Cecilia Irene Gayoso Jáuregui, Ana Inés Quadros Herrera, Sergio Rubén López Burgos, Raquel Nogueira Paullier, Jorge Raúl González Cardoso, Sara Rita Méndez Lompodio, José Félix Díaz y Gastón Zina Figueredo.

    En particular, María del Carmen Martínez Addiego recordó que Nores Montedónico estaba aterrorizada.

    En relación con su traslado hacia Uruguay, la víctima dijo que se efectuó en un vuelo comercial, con documentación falsa y que la acompañaron los militares Gilbertio Vázquez y Maurente. Relató que en Uruguay permaneció secuestrada en un primer momento en el Centro denominado “Punta Gorda” y que luego fue traslada a la sede del SID, a donde un día observó la presencia de tres o cuatro personas de nacionalidad argentina que habían prestado funciones en “Orletti”, entre los que pudo reconocer a Aníbal Gordon. Su presencia en esos lugares fue a su vez corroborada por su hermano Álvaro, por Laura Anzalone, Raúl Altuna Facal y Macarena Gelman, entre otros.           

    Respecto de las gestiones realizadas por la madre de la víctima, se encuentra incorporado al debate el habeas corpus n°29/76, rechazado el 20 de julio de 1976.

    Por último, también acreditan los hechos antes descriptos el legajo CONADEP n° 56 correspondiente a la víctima, las actuaciones remitidas por la República Oriental del Uruguay, que fueron labradas por la “Comisión Investigadora sobre situaciones de Personas Desaparecidas y Hechos que la Motivaron” y el expediente “Nores Montedónico, Ma. Del Pilar s/beneficio ley 24.043”.

    En virtud de los expuesto, entendemos que en este juicio se probó que María del Pilar viajó a la Argentina por estar requerida en su país y que en el marco de la asociación ilícita “Operación Cóndor”, en junio de 1976 fue secuestrada, torturada y sometida a condiciones inhumanas de detención en el centro clandestino “Automotores Orletti” desde donde días más tarde fue trasladada a Uruguay.

    Por último, corresponde mencionar que en el debate celebrado en el marco de la causa n°1627, este mismo Tribunal tuvo por probado el secuestro de María del Pilar Nores Montedónico, en las circunstancias de modo tiempo y lugar aquí descriptas, así como su cautiverio en el centro clandestino de detención conocido como Automotores Orletti, los tormentos y las condiciones inhumanas de detención a las que fue sometida en ese lugar. Para llegar a esa conclusión se valoraron tanto los testimonios a los que hicimos referencia como la prueba documental mencionada. Por esos hechos fueron condenados Honorio Martínez Ruíz y Eduardo Alfredo Ruffo, condena que ha quedado firme.  Por la privación ilegítima de la libertad y las torturas a las que fue sometida María del Pilar Nores Montedónico, formulamos acusación contra Miguel Ángel Furci.