Imputados de Zona II. Subzona 23. Área 232

Zona II. Subzona 23. Área 232

Estructura

Tal como hicimos al referirnos a los imputados que se desempeñaron dentro de la Zona de Defensa I, a continuación daremos una breve explicación de la estructura represiva que adoptó la Zona II, para luego sí hacer foco en los imputados que actuaron en su ámbito territorial.

En el contexto de la división territorial en zonas para desempeñar la llamada “lucha contra la subversión”, el nordeste de país fue incluido en la Zona II, a cargo del comando del II Cuerpo del Ejército con asiento en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe. Su comandante, entre septiembre de 1975 y el 11 de octubre de 1976, fue el coimputado Ramón Genaro Díaz Bessone, quien fue apartado del debate. Su sucesor, hasta febrero de 1979, fue Leopoldo Fortunato Galtieri.

La jurisdicción de la Zona II abarcó las provincias de Santa Fé, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa; y se dividió en cuatro subzonas, denominadas 21, 22, 23 y 24.

La Subzona 21 estaba dirigida por el segundo comandante del II Cuerpo de Ejército. Su jurisdicción abarcaba el territorio de la provincia de Santa Fe, el cual fue dividido en cuatro áreas. Una de ellas, el Área 211, tenía jurisdicción en los departamentos santafesinos de Capital, San Lorenzo, Iriondo, Belgrano, Caseros, Constitución y General López. Era dirigida desde el Batallón de Comunicaciones Comando 121 cuyo jefe, entre noviembre de 1976 y enero de 1979, fue el coimputado Carlos Miguel María Landoni, actualmente separado del juicio.

La Subzona 23 tenía su comando en la VII Brigada de Infantería con asiento en la ciudad de Corrientes la cual estuvo a cargo, en lo que aquí interesa, del imputado Eugenio Guañabens Perelló entre el 2 de diciembre de 1977 y el 15 de octubre de 1979.

Tal como veremos al expedirnos en relación a la responsabilidad de Guañabens, la subzona 23 tenía jurisdicción en las provincias de Misiones, Chaco, Formosa y algunos departamentos de la provincia de Corrientes: su Capital, San Cosme, San Luis del Palmar, Saladas, Bella Vista, San Roque, Goya, Esquinas y Empedrado. A los fines de la represión, este territorio se subdividió en cinco áreas, nominadas 231 a 235. La justicia federal local, que se concentró en el funcionamiento de la actividad represiva de estas áreas, tuvo por acreditadas la jurisdicción de cada una de ellas y su dependencia de la Subzona 23. Tal es el caso de los pronunciamientos del TOF de Corrientes en la causa “De Marchi” -confirmado por la CNCP-, de Formosa en las causas “Colombo” y “Camicha” y de Misiones en las causas “Caggiano Tedesco”.

El área 232, con jurisdicción en la provincia de Misiones, estuvo al mando del jefe del Distrito Militar Misiones, cargo que entre diciembre de 1976 y octubre de 1978 ocupó el imputado Carlos Humberto Caggiano Tedesco. Dentro de su jurisdicción, de hecho en la misma ciudad de Posadas en donde la jefatura del área tenía su sede, se encontraba el Consulado de la República de Paraguay.

Al relatar la atribución de responsabilidad del imputado Caggiano Tedesco veremos la importancia de esta circunstancia en virtud del rol central que desempeñó su cónsul, Francisco Ortiz Téllez, en el marco de la comunidad informativa de la Operación Cóndor.

En cuanto a las unidades de inteligencia que operaron dentro de la Subzona 23 debemos resaltar el rol del Destacamento de Inteligencia 124 con sede en la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco, que junto con las secciones de Formosa y Posadas intervinieron en forma directa en operaciones represivas regionales. En este sentido, los documentos del Archivo del Terror n° 00010F 0582 y 583, 0246F 0373 al 0426 y los n° 0835, 0836, 0606, 0222, 0702, 0704, 0582, 0583 y 0641 del rollo 143, dan cuenta de la participación en Cóndor de un grupo de agentes de inteligencia de esas unidades que, junto con el sector de Inteligencia -G-2- del comando de la subzona, planificaban operaciones e intercambiaban información y detenidos clandestinos con las fuerzas paraguayas.

Recordemos que estamos hablando de provincias limítrofes que representaban, para las fuerzas armadas, una problemática particular. Esta cuestión se encontraba plasmada en la Directiva n° 404/75 la cual establecía que, en relación a las operaciones rurales, debían priorizarse las zonas de Misiones, Chaco y Formosa y al referirse a las Misiones Particulares de la Zona de Defensa II se indicó que uno de los objetivos era, cito: “Aislar del apoyo exterior a las organizaciones subversivas con esfuerzos de acuerdo a las prioridades siguientes: Uruguay- Paraguay –Brasil”.

Sin embargo, esta cercanía y permeabilidad de la frontera, más allá de configurar a priori un obstáculo para el plan de exterminio local, en definitiva devino en el teatro de operaciones ideal para el perfeccionamiento de la Operación Cóndor.

En lo sucesivo, veremos cómo Eugenio Guañabens Perelló desde el comando de la Subzona 23; y Carlos Humberto Caggiano Tedesco desde la jefatura del Área 232, dirigieron la actividad represiva en su jurisdicción y participaron de la Asociación Ilícita Cóndor.